Arbitraje para el desmán de las preferentes

Debido a las graves pérdidas sufridas por ahorradores que adquirieron participaciones preferentes en diversas entidades de crédito (BBVA, La Caixa, Caja Sol, Bancaja, CAM, Banco Popular, Caixa Galicia, Caja Madrid, etc.), el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ha ofrecido a los afectados la opción de acudir al arbitraje. Sin embargo, no todos los perjudicados podrán acceder a dicho arbitraje.

Para optar al proceso, el afectado deberá acudir a su entidad e iniciar trámites para que su caso particular sea analizado.

Aquí es donde entra la Comisión de Seguimiento, creada por el Gobierno para investigar cada caso y valorar si se cumplen los siete criterios establecidos para tal proceso.

Desglosamos estos criterios:

(1) la edad o incapacidad del titular de las preferentes;

(2) que no exista contrato o, en su caso, que esté mal redactado;

(3) que el titular careciese de información trascendente que hubiera condicionado la firma de las participaciones;

(4) que el perfil del comprador no tuviese todos los datos necesarios;

(5) que la inversión realizada por parte del contratante suponga un alto porcentaje del total de su patrimonio;

(6) tendrán prioridad los titulares de productos inferiores a 10.000 euros;

(7) y los criterios para tramitarlo serán la edad (mayor a menor), los ingresos familiares (de menos a más), la composición del patrimonio (porcentaje del patrimonio total familiar invertido en preferentes) y el volumen de la inversión (de menos a más).

Si los supera, el afectado tendrá la opción de firmar un convenio arbitral y comenzar el proceso de arbitraje.

Si, aunque los superara, no estuviese de acuerdo con la valoración hecha de su expediente, podrá recurrir por vía judicial.

Aun así, la Confederación de Consumidores y Usuarios de Madrid (CECU-Madrid) ha alertado de que los criterios de la Comisión de Seguimiento no garantizan que ahorradores sin responsabilidad vayan a poder optar a recuperar su inversión y que, aun en caso de hacerlo, la opción del arbitraje sería más favorecedora para los propios bancos que para los inversores.