Como ya sabemos, las Comunidades Autónomas tienen capacidad para crear tributos propios, de acuerdo con lo previsto en la Constitución Española y en la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas, siempre y cuando, los hechos imponibles sean distintos a los ya gravados por el Estado o por otros tributos locales.
Pues tal es el ingenio de las comunidades para obtener alguna fuente de ingresos adicional que en estos últimos años, desde 2007, han surgido un total de 28 nuevos impuestos propios que más los 48 que ya existían anteriormente, se cuenta con un total de 76 tributos, sin contar con los tributos sobre los que las comunidades tienen amplia competencia pero que son de titularidad estatal como, por ejemplo, el Impuesto sobre el Patrimonio, el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones o el Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados.
Sin duda la comunidad estrella en crear nuevos tributos la tiene la Comunidad de Cataluña. En 2007 contaba con un total de 4 impuestos propios. A día de hoy cuenta con 14 figuras impositivas. Destacamos entre otros el Impuesto sobre las estancias en establecimientos turísticos, el Impuesto sobre la producción de energía eléctrica de origen nuclear o el Impuesto sobre la emisión de óxidos de nitrógeno a la atmósfera producida por la aviación comercial. En fase de tramitación se encuentra un impuesto sobre las viviendas vacías.
La segunda comunidad con más impuestos propios es Andalucía. Un total de 8, de los cuales, 3 han sido creados en los últimos años. Destaca así el impuesto sobre las bolsas de plástico de un solo uso.
Canarias ha creado en los últimos años 4 nuevos impuestos, llegando al total de 6, aunque algunos de ellos ya se encuentran suspendidos de aplicación.
Aun así, un par de comunidades han eliminado algún que otro tributo. Este es el caso de Aragón que hoy en día tiene 3 impuestos después de haber eliminado uno o la Comunidad de Madrid, que tiene un total de 4, después de haber eliminado dos.
Aun así, la mayoría de los nuevos impuestos versan sobre el cuidado medioambiental, justificándose en la reducción de la contaminación. Algunos de ellos peculiares como el Impuesto sobre el daño medioambiental causado por determinados usos y aprovechamientos del agua embalsada en Galicia o Impuesto sobre el impacto visual producido por los elementos de suministro de energía eléctrica y elementos fijos de redes de comunicaciones telefónicas o telemáticas, establecido en la Rioja.
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