Las comisiones bancarias son aquellas cantidades que el banco cobra a sus clientes por una serie de servicios que éste les presta, como puede ser las transferencias a otras entidades bancarias, préstamos, la concesión de una tarjeta de crédito y, con ello, su mantenimiento, etc…
La caída de los beneficios por parte de las entidades y los créditos están provocando que los bancos se centren sobre todo en obtener la mayor rentabilidad posible y compensar sus márgenes a través del incremento de las comisiones, información que el mismo Banco de España confirma, una vez analizadas las tarifas de algunas de las operaciones bancarias más usuales. Es por ello que, aunque las entidades están obligadas a informar sobre cada una de estas comisiones, en muchas ocasiones el cliente sólo es informado al verlas en sus extractos bancarios.
Aunque en esta coyuntura financiera los bancos necesitan dotarse de liquidez y compensar sus pérdidas, la cada vez más alta tasa de morosidad está provocando que las entidades cobren unas comisiones también más altas por los servicios que prestan a sus clientes. Aunque las entidades de crédito tienen libertad para establecer sus comisiones bancarias y gastos repercutibles, siempre deben responder a los servicios prestados o gastos habidos por parte de los clientes. Así, la normativa que regula las operaciones bancarias Orden EHA/2899/2011, de 28 de octubre”, exige una información personalizada al cliente antes de prestar el servicio sobre sus comisiones.
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