Entre las noticias relacionadas con la concesión del crédito figuran titulares del tipo:
”BMN prevé elevar la concesión de crédito a 2.900 millones este año, un 56% más”
“El ICO elevará un 15% la concesión de crédito este año, hasta 16.000 millones”
“Los bancos cambian de tendencia y prevén mejorar la concesión de créditos”
“Santander ha anunciado que pondrá en circulación más de 30.000 millones de crédito nuevo en España para captar 60.000 pymes nuevas este año”
Todo apunta a que la financiación está en un momento de inflexión y que las entidades bancarias se vuelven a sentar para hablar, negociar y deliberar la concesión de créditos, pero, ¿quién se sienta al otro lado de la mesa y qué condiciones debe cumplir?
La tendencia está cambiando hacia la fidelización del cliente y se “premia” a los mejores con créditos, es decir, dependiendo de la vinculación del cliente con la entidad, del tiempo que lleve en el mismo, del número de productos contratados y de los ahorros será más o menos difícil acceder al crédito. Es decir, se tendrá en cuenta la rentabilidad global del cliente y obviamente, las condiciones del crédito serán más favorables para los buenos clientes, según afirman los expertos financieros de varias consultoras. Este no es el único factor que influye en el otorgamiento del crédito, pues dependiendo de la entidad, la zona, el tipo de producto y el plazo de vencimiento serán más o menos sencillo obtener una respuesta favorable. El crédito a largo plazo sigue estando más paralizado, pues con los créditos de corto se va cobrando la comisión y la rotación es más elevada.
Observando datos oficiales, el crédito nuevo concedido para vivienda se incrementó un 20,5% en los tres primeros meses de 2014, y para el caso de los créditos al consumo, ese crecimiento fue del 14,7% según el informe publicado por el Banco de España. Aunque las condiciones y requisitos de este 2014 son más favorables que las del año anterior, los niveles de 2008 quedan muy atrás de las cifras que se arrojan ahora, cediendo la financiación a familias en un 32,3% y un 12,7% a empresas.
Retomamos la pregunta, ¿los titulares y anuncios de las entidades bancarias se ajusta a la situación real de la financiación?
Pongamos el ejemplo de un hombre soltero, rozando la treintena, con un sueldo que ronda los mil y pico de euros, se dispone una mañana a solicitar una hipoteca para su nueva vivienda, piso de 70 m2 muy bien de precio por esto de la crisis. Entra en el banco, explica su situación al empleado de turno y espera respuesta. Tras estudio, meditación y análisis, llega la contestación: “Sintiéndolo mucho, no podemos concederte el crédito que nos pides. Es demasiado arriesgado”- situación nada fuera de lo común.
Probablemente, un señor con un sueldo superior a 3.000 euros, con contrato indefinido, varias cuentas de ahorro en el mismo banco, y siendo cliente de la misma entidad desde hace 10 años, no tendrá tanto problema en acceder a una hipoteca; pero tampoco lo tenía antes de que comenzara la crisis, ni lo tendrá cuando acabe.
En la realidad como en el monopoly, la banca nunca pierde y aunque quieran anunciar un claro cambio de tendencia y reactivación del crédito, lo cierto es que son los clientes sin riesgo los que pueden acceder a la financiación, y el resto, sigue con prácticamente las mismas dificultades.
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