La firma auditó todas las cajas que están nacionalizadas o las que han solicitado ayudas públicas millonarias.
El Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), organismo dependiente del Ministerio de Economía y Administraciones Públicas, acusa a Deloitte de una infracción muy grave y otra grave, por las que podría perder su licencia.
La causa es la falta de independencia en la supervisión de las cuentas, a mediados de 2011, de BFA-Bankia (fusión de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas más pequeñas), supervisión previa a la salida a Bolsa de la entidad actualmente nacionalizada.
Durante los primeros meses en que Rodrigo Rato fue presidente de la entidad, Deloitte no sólo se encargó de auditar sus cuentas, sino que también facturaba por otros servicios de asesoría y consultoría.
En cinco años, desde 2008 hasta 2012, la firma de auditoría llegó a facturar 28,52 millones de euros por todos los servicios prestados.
Según el informe del ICAC, los auditores podrían haber participado en la preparación o elaboración de los estados o documentos que integran los estados financieros auditados.
Es decir, que Deloitte habría ayudado a elaborar las propias cuentas que posteriormente tuvo que supervisar.
La compañía no sólo trabajó para BFA-Bankia, sino que también revisó las cuentas de todas las entidades financieras que a día de hoy están nacionalizadas o han tenido que pedir cuantiosas ayudas públicas. Así, desde 2008, los ingresos que Deloitte ha percibido, ya no sólo de Bankia, sino también del resto de entidades financieras rescatadas (Novagalicia, Caja España-Duero, CatalunyaBanc y BMN), han ascendido a 67,22 millones de euros, según los datos publicados en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
“La compañía revisó las cuentas de todas las entidades financieras posteriormente nacionalizadas“
Del total, el 55 por ciento correspondieron a labores de auditoría y el restante 45 por ciento se debió a trabajos de consultoría y asesoría.
A raíz del expediente sancionador, Bankia ha sido la única que ha cambiado de auditor, contratando, desde el 1 de julio, a Ernst & Young.
Comunicado de Deloitte
La firma de auditoría se defiende diciendo que se trata de un procedimiento usual dentro de las funciones del ICAC, y que podría transcurrir aproximadamente un año de instrucción, pudiendo ser archivado el expediente o concluir en una propuesta de sanción.
En cuanto a la acusación por parte del ICAC de falta de independencia, Deloitte, al igual que el Comité de Auditoría y Cumplimiento de Bankia, afirman que no se estableció reserva alguna, en relación al cumplimiento de los requisitos exigidos por la normativa de auditoría de cuentas sobre ninguno de los trabajos contratados a la auditora; y que fue la propia CNMV la que requirió a la auditora la realización de dichos trabajos.
Deloitte espera que todo quede demostrado en el transcurso de la instrucción y confía en que el expediente sea archivado.
agosto 1st, 2013
Esto es un claro ejemplo de como las grandes corporaciones, en connivencia con otros actores sociales, como los políticos o los bancos, tergiversan la realidad, manipulan la información que llega al ciudadano que, iluso, todavía cree en este sistema
agosto 1st, 2013
Muy de acuerdo con Toni, pero bueno en este país todo somos inocentes hasta que se demuestra lo contrario, así que corre a cuenta del ICAC la carga de la prueba.