Descolonización industrial: ¿qué es y cómo afecta a la economía?

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22/07/2024

La deslocalización industrial consiste en el traslado de la actividad empresarial desde el país de origen hacia un tercer país, ya que este último ofrece una serie de ventajas que busca aprovechar la propia empresa, ya sea reduciendo sus costes productivos o para aprovechar mejor las economías de escala.

La deslocalización industrial es propia de las empresas que operan en el mercado internacional y a menudo son líderes de su sector.

No obstante, estamos viviendo un nuevo proceso de deslocalización debido a las tensiones políticas y económicas actuales, cuyo origen se remonta a la crisis del COVID-19, que puso en jaque a toda la logística internacional.

Ventajas y desventajas de la deslocalización

La deslocalización industrial no es perfecta, pero ofrece grandes beneficios y ventajas a países en vías de desarrollo que buscaban solucionar sus problemas de desempleo y desarrollo económico gracias a los salarios que ofrecen las empresas extranjeras.

Ventajas de la deslocalización industrial

Aunque es cierto que los salarios son inferiores a lo que se pagaba en los países de origen, normalmente estos salarios son superiores a la media salarial del país de destino.

La población es consciente de que las condiciones laborales no son las mejores, pero el incentivo salarial compensa ese aspecto negativo, por lo que los locales acaban buscando trabajo en una de estas fábricas.

Además, el incremento del empleo y del poder adquisitivo puede promover el crecimiento de una clase media pudiente que demanda nuevos productos para consumir, provocando un desarrollo económico que puede sacar a mucha gente de la pobreza.

La economía mundial también ganaba con la deslocalización, ya que las empresas ofertaban productos a un precio mucho más bajo, mejorando la renta disponible de los consumidores, destinándolo a consumir otros productos o invertir en otras empresas o proyectos.

Desventajas de la deslocalización industrial

Como hemos dicho antes, la deslocalización no es perfecta y presenta serias desventajas.

Trasladar la cadena productiva genera desempleo y descontento en el país de origen. Hoy en días estas prácticas generan mucho rechazo en la población, existiendo casos de protestas que abogan por el boicot a la marca.

Por otro lado, los países de destino deben tener claro que no deben depender de estas inversiones o de lo contrario su crecimiento económico se verá limitado.

Si la mayoría de tus puestos son de mala calidad y no generas trabajos especializados y bien remunerados, el país sufrirá una fuga de talentos, dificultando al país el convertirse en un país desarrollado.

Además, muchas empresas se aprovechan de la inexistencia de leyes que protegen el medio ambiente, causando serias catástrofes medioambientales que afectan a la salud de la fauna y de la población local.

No obstante, gracias a internet y las redes sociales, muchas de estas prácticas han sido destapadas y las empresas pueden enfrentarse a grandes sanciones económicas, incluso provenientes de sus países de origen, sin mencionar la mala imagen que estas prácticas dan a la propia empresa.

China, la fábrica más grande del mundo

La globalización ha mejorado la integración de las diferentes economías del mundo a través del comercio, facilitando el movimiento de capitales para que los inversores de un país puedan invertir en el desarrollo económico de un tercer país y reduciendo el riesgo de conflictos bélicos en todo el mundo.

Muchos países llamaron la atención de estas empresas, pero solo uno se convirtió en una de las mayores potencias económicas del planeta.

China se convirtió en la fábrica del mundo gracias a la deslocalización industrial, sin embargo, ya no desea serlo y busca diversificar su economía, especializándose en el desarrollo y fabricación de componentes tecnológicos de alto nivel.

Su objetivo es claro: superar a la economía de Estados Unidos y arrebatarle el liderazgo mundial.

Este objetivo les hace chocar inevitablemente contra los intereses de Estados Unidos, provocando tensiones entre ambos bloques tanto en lo político como en lo económico.

Esta es una de las razones por las que el comercio internacional está sufriendo un retroceso, ya que las potencias occidentales no terminan de confiar en China y buscan reducir su dependencia económica.

Como hemos dicho anteriormente, los lazos económicos reducen los riesgos de un estallido bélico, por lo que no es casualidad que en pleno 2024 estemos viviendo un surgimiento de los conflictos bélicos en todo el mundo.

El comercio internacional se reduce

Desde el año 2020, la economía mundial no para de sumar crisis:

  • Guerras que interrumpen la logística de las grandes empresas.
  • Creciente coste del combustible.
  • Inflación generalizada con riesgo de estanflación en las economías modernas.
  • Saturación del transporte marítimo.
  • Tensiones entre China y EE. UU. por obtener recursos estratégicos.
  • Guerras comerciales y la vuelta al proteccionismo.

Son muchos los factores que explican por qué el comercio internacional se está reduciendo entre los distintos bloques comerciales, siendo ya denominado este proceso como Slowbatization.

Aunque países como China ya no quieren ser la fábrica del mundo, siguen existiendo países que buscan beneficiarse de las ventajas de la deslocalización, como es el caso de Vietnam, Bangladesh o Pakistán.

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