Hace poco tiempo se hizo pública la Encuesta de Población Activa (EPA) por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE). En su momento analizamos el desempleo juvenil y el desempleo de larga duración, dos asuntos “sangrantes” que no hacen más que agravarse mes tras mes. Hoy analizaremos cómo está afectando esta larga crisis a los sectores profesionales.
Las empresas de gran tamaño están soportando mejor esta crisis, al tener mejores fuentes de financiación y mayor capacidad de endeudamiento. Cabe señalar que se ha producido un aumento de la ocupación en estas empresas de alrededor de 20.000 nuevos empleos.
La situación es bien diferente en las PYMES, los ocupados que trabajaron en establecimientos de hasta 10 trabajadores descendieron en más de 300.000 durante el año 2012, y este descenso se lleva produciendo desde el comienzo de la crisis en 2008.
La ocupación en empresas de entre 11 y 49 trabajadores experimentó un descenso de 331.400 puestos de trabajo. Y se sitúa en la peor cifra desde el comienzo de la crisis.
Como se observa el crecimiento del empleo en las empresas grandes no es suficiente para absorber o paliar el descenso de ocupación de las pequeñas y medianas empresas. Siendo el balance neto muy negativo: durante 2012 se destruyeron 611.400 puestos de trabajo.
La mejor forma de encontrar trabajo siguen siendo las páginas web, páginas de empleo, periódicos, etc. Las empresas de trabajo temporal (ETTs) sólo han podido “colocar” al 2,71% del total de nuevos empleos, y solo el 1,6% fue a través de una oficina de empleo pública.
Lo que demuestra la grave situación del mercado laboral es que la mayor parte de la media de los desempleados del año anterior había trabajado anteriormente, es decir, el problema no es que no se creé empleo, sino que se siga destruyendo. Así, de los 5.769.000 parados de media en ese año, 5.293.000 habían trabajado anteriormente.
El principal motivo de haber dejado su empleo fue la finalización del contrato, que afectó a 2.673.500 parados con empleo anterior (el 50,5% del total). En segundo lugar fue el despido o la supresión del puesto de trabajo, que afectó al 21% de los desempleados.
Además no deja de crecer el número de parados de larga duración, es decir, aquellos que dejaron de trabajar hace más de tres años, alcanzándose el 48,6% de los desempleados. Lo que demuestra la dificultad de encontrar trabajo cuanto más tiempo se pase en el desempleo. Por ello, hay que dedicar ese tiempo a seguir formándose o reciclándose.
En España a pesar de la importancia que damos actualmente a la formación superior, el 63,92% de los mayores de 16 años tienen solo la formación básica, que corresponde a la enseñanza obligatoria y el bachillerato. El resto de la población tiene alguna especialidad, destacando el sector de estudios de enseñanza comercial y administración, con el 7,51%, también el sector de mecánica, electrónica y otra formación técnica con el 5,53% y la Salud con el 3,99%.
“El 63,92% de los mayores de 16 años tienen solo la formación básica”
El sector donde más empleo se genera es el veterinario, con tasas de actividad superiores al 92% en el año 2012. Las mujeres especializadas en este sector alcanzaron una tasa de actividad del 93,67%. Las personas cuya especialidad es la Informática también presentan tasas de actividad por encima del 90%. El medio ambiente, periodismo, y derecho son también sectores donde la tasa de actividad es muy alta.
Por el contrario, las personas con Programas de formación básica alcanzan poco más del 35% en la tasa de empleo.
Lo que evidencia la importancia de realizar estudios superiores, donde la tasa de actividad aun siendo alta, es menos elevada que los que sólo tienen la enseñanza obligatoria o el bachillerato.
Esperemos que los próximos datos de ocupación nos traigan mejores noticias, y no sigamos hablando de destrucción de empleo sino de una paulatina mejora de la situación.
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