El Consejo de Ministros aprobó el 10 de septiembre el Acuerdo por el que se regula el Plan Anual de Política de Empleo para 2013, según lo establecido en el artículo 4 ter de la Ley 56/2003, de 16 de diciembre, de Empleo.
Este Plan constituye una estrategia de empleo que busca alcanzar unos objetivos comunes para establecer un marco que garantice la igualdad en el acceso a los beneficiarios de las políticas de empleo en España.
Para alcanzar los objetivos señalados, el Plan Anual de Política de Empleo para 2013 contiene las acciones y medidas que van a llevar a cabo las comunidades autónomas, en el ejercicio de sus competencias de ejecución de las políticas activas; y el Servicio Público de Empleo Estatal, en ejecución de la reserva de crédito establecida en su presupuesto de gastos.
Estos objetivos no son más que acciones y medidas que plantea el Plan para que sean desarrolladas por los Servicios Públicos de Empleo, que deberán cumplir una serie de objetivos estratégicos:
- Mejorar la empleabilidad de los jóvenes y el apoyo al emprendimiento.
- Mejorar la empleabilidad de otros colectivos especialmente afectados por el desempleo.
- Mejorar la calidad de la formación profesional para el empleo.
- Mejorar la vinculación de las políticas activas y pasivas de empleo.
Hay dos tipos de objetivos:
- Los estructurales, que son aquellos de naturaleza estable y se centran en actividades que hay que continuar realizando a lo largo del tiempo, no siendo, habitualmente, interrumpidos por completo.
Por su propia naturaleza, la suma de todos los objetivos estructurales tiene que ser exhaustiva, ya que cualquier posible actuación de política activa de empleo debería encajar en el cumplimiento de uno o varios objetivos estructurales. Por el contrario, una actuación que no encajase con ningún objetivo estructural no podría considerarse, realmente, como política activa de empleo. El grupo de trabajo constituido por el SEPE y los Servicios Públicos de Empleo de las CC.AA. ha identificado un total de 29 objetivos estructurales, que se ordenan en torno a seis nuevos ejes de las políticas de empleo.
Estos ejes son una agrupación de los diez ámbitos de políticas activas que establece la Ley de Empleo:
Eje 1. Orientación.
Eje 2. Formación.
Eje 3. Oportunidades de empleo.
Eje 4. Igualdad de oportunidades en el acceso al empleo.
Eje 5. Emprendimiento.
Eje 6. Mejora en el marco institucional.
- Los objetivos estratégicos o políticos, que son aquellos que tienen mucha relevancia en un momento determinado, y que van a focalizar la atención y el esfuerzo durante un tiempo. Corresponde al Gobierno establecerlos y priorizarlos.
septiembre 25th, 2013
Los objetivos están claros, pero no si los arboles nos dejan ver el bosque. No voy a despotricar ni ha hacer demagogia del asunto, pero el paro esta bajando a toda costa sin importar la calidad del empleo. Espero que una vez se estabilice el nivel de ocupación laboral, se mejore su condición. Tengo un amigo que lleva siendo cocinero por periodos eventuales (verano, navidad y semana santa) sin contrato ni cotización durante años, y ahora le acaban de hacer un contrato en practicas. Esto me plantea un dilema: Por un lado, menos da una piedra, claro, ahora mismo tiene mejores condiciones laborales cotiza y tiene seguro ante posibles accidentes laborales pero también se le ajusta el sueldo y no creo que necesite realizar practicas para desempeñar sus funciones. La pregunta es: ¿Que prefiere un ciudadano? Depende de tantos factores subjetivos y objetivos que…. No me lío más, que espero que dichas políticas resulten y que todo vaya como tiene que ir!.
Un saludo y Gracias por la noticia
marzo 19th, 2014
¿PORQUE NO SE PUEDE RESOLVER EL PROBLEMA DEL DESEMPLEO?
Como con la globalización hoy ya no hay fronteras entre loa países del mundo, este problema ya es mundial, y tenemos que juzgar y tratarlo universalmente.
Enfocando así descubrimos que este mal no se presento por azar, y no es un caso coyuntural, sino es consecuencia de otros nuevos tipos de males, surgidos desde la revolución industrial, entre los que el antinatural y desenfrenado expansión demográfica y extensivo consumo de energía del hombre contemporáneo tienen efectos directos sobre su negativo desarrollo.
Referente al primero, la población del mundo hoy con su 7.000 millones es 35 veces más que nuestro planeta tenía en la época de Jesucristo, y de la segunda, es 3 – 4 veces mayor de lo normal y que existía en la época de Jesucristo. Multiplicado estos dos factores 35x (3-4) = 105-141 veces más consumo de energía que se consumió en la época de Jesucristo.
Además de este antinatural cambio, como con la emancipación de las mujeres, ellas buscan trabajos fuera de la casa, prácticamente se duplica el mano de obra en el mercado y con los avances tecnologías se han creado maquinarias e instrumentos capaces de realizar trabajos de 10-100 personas, para realizar las verdaderos trabajos que nuestra naturaleza especia humana necesita sobra mano de mano de obra de personas. Y si en caso por un milagro podríamos resolver este problema, nuestro planeta no tendrá suficiente recursos naturales para satisfacer estas desorbitadas demandas materiales que este tipo de vida causaría.
Más aún si nuestras ciencias y tecnología, en la que nuestras sociedades tienen una fe incondicional, hubieran encontrado soluciones para producir estos demandas, este descubrimiento hubiera sido a costa de distintos tipos de contaminaciones venenosas que destruirán el medio ambiente y biodiversidad de nuestro planeta, que son esenciales para poder desarrollar las vidas que componen nuestro planeta y mantienen su perfecto y armonioso desarrollo.
Ante estos hechos, si alguien aún piensa que este catastrófico fin nuestros economistas podrían evitar, llamo la atención que el antinatural y desenfrenado expansión demográfica y también antinatural crecimiento de consumo de energía aún no ha llegado a su techo, sino que según las estimaciones de las Naciones Unidas la población del mundo para el año 2050 alcanzara la cifra de 9.600 millones y el excesivo consumo de energía se extenderá también entre los países económicamente emergentes y vía del desarrollo que es el 2/3 de la población del mundo. Los que multiplicado estos dos factores, 47 (aumento de la población del mundo)x (3-4) consumo de energía significaría 141-188 veces más consumo de energía que existía en la época de Jesucristo, que tomando en consideración que hoy 1.500 millones de personas no tienen hogar para los que además tenemos que construir en loa 38 años lo que queda hasta el año 2050, es una demostración clara que el problema del desempleo no es cuestión simplemente económica sino más bien filosófica, que busca la causa y no y no el manifestado efecto de este problema.
Madrid 16 de Marzode 2014
Francisco Z. Lantos Dr. Arquitecto