Los inversores adversos al riesgo que entraña la Bolsa no están teniendo demasiadas tentaciones últimamente, teniendo en cuenta el escaso 4% de rentabilidad al que se encuentra la deuda pública a 10 años y la ínfima rentabilidad de los depósitos. Una alternativa muy apetecible puede ser la inversión en deuda privada, tanto de empresas como de entidades bancarias.
Para los interesados en rentabilizar los ahorros, en las últimas semanas algunas empresas españolas han emitido bonos, como por ejemplo Telefónica, con una rentabilidad del 6,75% en deuda perpetua con opción de recompra a 7 años, o el Banco Popular que colocó bonos contingentes convertibles con una tasa del 11,5% a principios de octubre.
Pero operar en el mercado de la renta fija (en España, AIAF es mercado español de referencia para la Deuda Corporativa) debemos saber algunos aspectos básicos sobre su funcionamiento:
- La cotización, negociación y contratación de las operaciones se realiza de manera descentralizada. La negociación de las operaciones se puede realizar tanto por cuenta propia, es decir, entre las cuentas propias de los miembros del Mercado, o por cuenta de terceros, en compraventas a clientes.
- En la contratación de operaciones entre miembros, se distinguen dos sistemas:
- Segundo escalón o procedimiento general en el que la negociación y contratación se realiza mediante comunicación telefónica, bien directamente entre las entidades que tienen interés en operar, o bien a través de un intermediario que facilite la búsqueda de contrapartidas.
- Primer escalón o procedimiento con miembros especializados. Esta modalidad de negociación está organizada alrededor de las redes informáticas de contratación que los intermediarios ponen a disposición de aquellos Miembros del Mercado que lo soliciten. Es un sistema de contratación de carácter centralizado mediante pantallas de cotización, en el que las entidades pueden publicar sus posiciones de oferta y demanda, en aquellos valores en los que tiene interés por operar. La firmeza en los precios y el desconocimiento de la contrapartida son algunas de sus características fundamentales.
- Capital mínimo de la inversión: mientras que los bonos de deuda estatal exige un mínimo de 1.000 euros, los bonos privados elevan bastante esa cifra hasta situarla en las 100.000, como es el caso del Banco Popular.
- Horizonte temporal: aunque se puede optar por inversiones en el corto plazo, los que generan mayor rentabilidad son las del largo plazo, llegando en muchas ocasiones a calificarse como deuda perpetua. Al cotizar en el mercado, la única forma de garantizar la rentabilidad es mantener los títulos hasta el vencimiento, ya que las fluctuaciones pueden hacer variar el precio del bono.
- Riesgo de la deuda: como en otros mercados financieros, la rentabilidad va en consonancia con el riesgo. Los bonos basura – también llamados como deuda de alto rendimiento- según los expertos son una oportunidad en estos momentos a pesar del riesgo de impago, debido a que firmas pequeñas y medianas europeas se están viendo obligadas a pagar hasta 1,2 puntos porcentuales más que sus comparables de EEUU por la falta de liquidez.
- Plataformas para particulares: existen algunas sociedades dedicadas a la intermediación y gestión de productos de inversión para que el particular pueda operar en la renta fija con la misma facilidad con la que compra en Bolsa, como por ejemplo, Auriga Global Investors, Ahorro Corporación o Bankinter. Otra opción es ordenar la compra directamente en la sucursal.
Si bien la renta fija siempre es una alternativa más segura que la variable, se deben tomar precauciones e informarse antes de realizar ninguna inversión que nos haga arrepentirnos.
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