¿Qué es la gestión cultural?
A grandes rasgos, la gestión cultural consiste en la administración, creación y evaluación de recursos culturales en el ámbito empresarial. Así pues, este campo relativamente nuevo aporta las herramientas necesarias para dar respuesta a una demanda creciente en la sociedad.
Su nacimiento se debe a una necesidad cada vez mayor de incorporar proyectos del ámbito cultural y artístico en organizaciones de todo tipo. Por ello, dedicarse a la gestión cultural, sea por la vertiente privada o pública, incurre en diseñar, impulsar, supervisar y evaluar iniciativas culturales de empresas que pertenecen a las industrias culturales.
¿Cuál es la importancia de la gestión cultural?
En primer lugar, podríamos definir la cultura, como ente bicéfalo, de dos maneras:
- Los conocimientos generales que se adquieren mediante la lectura o el estudio.
- Conjunto de ideas, tradiciones, creencias y costumbres que caracterizan a un pueblo y sus estratos, y que va moldeándose con el tiempo.
Los gestores culturales son los encargados de mediar entre el público y los creadores de cultura y arte. Por tanto, son agentes que propagan la cultura y la dan a conocer entre el público. Sin ellos, la cultura y el arte serían mucho menos accesibles y gran parte de las ciudades y pueblos carecerían de vida cultural tal y como la conocemos.
A pesar de su importancia en el desarrollo cultural y turístico de las localidades, la figura del gestor cultural es muy desconocida para el público general. Poca gente sabe a ciencia cierta de qué trata la gestión cultural.
En algunos casos, es un profesional desdeñado, puesto que el desconocimiento en cuanto a sus funciones e importancia puede conducir a considerarlo como un obstáculo prescindible.
¿Qué tareas realiza un gestor cultural?
Las funciones de los gestores culturales son muy variadas y dispares, por lo que deben ser muy organizados para hacer frente a todas sus responsabilidades. De no cumplirlas, los eventos planeados o la búsqueda de nuevos proyectos pueden fracasar estrepitosamente.
Cada día del trabajo de un gestor cultural es diferente.
Estas son algunas de las funciones que desempeña un gestor cultural:
- Planifica eventos, desde su programación, escaleta, recursos humanos, materiales, caterings, invitados, etc.
- Se comunica con la prensa para cubrir actos culturales relacionados con su empresa.
- Negocia proyectos y cuestiones laborales con otros gestores culturales, representantes y empresas.
- Recauda fondos, bien sea a través de benefactores particulares, patrocinadores o subvenciones públicas.
- Garantiza el cumplimiento de la normativa en cuanto a licencias, derechos y otros aspectos de la seguridad pública.
- Organiza el viaje y el alojamiento de personalidades importantes que vayan a acudir a los eventos.
Dependiendo de cada puesto de trabajo, un gestor cultural puede abarcar estas funciones o ir más allá. Como personas con un nivel de cultura general elevado, pueden también intervenir en otros campos como son el diseño promocional de eventos y proyectos o la gestión del personal a su cargo.
Ejemplo de proyecto de gestión cultural
Un ejemplo perfecto de evento cultural es la Noche en Blanco. Esta iniciativa cultural se ideó en París y se materializó en esta capital en 2002 por primera vez.
Su éxito fue tal que, en apenas cinco años, otras capitales europeas como Madrid, Riga y Roma decidieron copiar la idea a su manera. A su vez, se ha expandido a ciudades de provincia y a otros países latinoamericanos como Bolivia, Colombia o Brasil.
El objetivo de la Noche en Blanco es reunir al pueblo con el arte contemporáneo. Con frecuencia, los artistas locales también tienen reservado un lugar especial para darse a conocer y mostrar extractos de su producción artística.
Los museos, monumentos y galerías abren hasta altas horas de la noche. Las calles se animan y se organizan conciertos, performances, bailes, y otras representaciones culturales.
La Noche en Blanco es un proyecto cultural recurrente que necesita de gestores culturales formados y experimentados. Son ellos los que contactan con los artistas y establecimientos culturales, conciertan citas y llegan a acuerdos con ellos para dar forma al evento. La gestión cultural de eventos como la Noche en Blanco se torna imposible sin un profesional dedicado en cuerpo y alma a ello.
Salidas profesionales de un gestor cultural
Debido al perfil multidisciplinar de un gestor cultural, este puede acceder a un amplio rango de puestos de trabajo relacionados con la cultura.
Algunas alternativas profesionales de la gestión cultural son:
- Consultor cultural y turístico: este profesional se encargaría de la identificación, planificación y puesta en marcha de proyectos culturales y turísticos destinados a dinamizar las ciudades.
- Periodista cultural: en esta vertiente del periodismo, el periodista cultural se dedica a divulgar y criticar profesionalmente sobre obras de cine, series, literatura, pintura, escultura, danza, entre otras artes.
- Organizador de eventos: un gestor cultural con experiencia poseerá muchos contactos y habrá pulido competencias interpersonales como la resolutividad, la organización y el dinamismo. Es por ello que este perfil profesional se adapta muy bien a la organización de todo tipo de eventos.
- Productor audiovisual: Este profesional se encarga de organizar y gestionar todas las etapas de rodaje y de controlar el presupuesto del mismo.
- Responsable de marketing cultural: Con una especialización y una base sólida en marketing, un gestor cultural puede dar el salto al marketing cultural diseñando acciones publicitarias de eventos culturales, literarios y/o artísticos.
- Emprendedor social: Si un gestor cultural amasa una cantidad importante de dinero, está perfectamente capacitado para identificar una oportunidad de negocio y penetrar en el mundo del emprendimiento social.
¿Qué se necesita para ser gestor cultural?
Lo más elemental para ser un buen gestor cultural es poseer unas dotes organizativas excepcionales, ya que gestionar eventos, suministros, personal, comunicaciones y otros cientos de tareas a la vez no puede hacerse satisfactoriamente sobre la marcha.
Otra cualidad valiosa es el don de gentes. Al fin y al cabo, un gestor cultural ha de contactar con muchas personas al día y, en no pocas ocasiones, con un trasfondo puramente comercial. Por consiguiente, saber agradar a las personas, relacionarte de forma abierta y tener inteligencia emocional son requisitos propios de un buen gestor cultural.
Por regla general, los gestores culturales son personas con un nivel formativo elevado y consumen mucha cultura por diversos canales. Suelen haberse graduado en disciplinas de Artes y Humanidades y están especializados en arqueología, historia del arte, literatura comparada, lenguas y comunicación, etc.
Sin embargo, la figura del gestor cultural exige intervenir en un amplio abanico de campos que no se circunscriben a su área de especialización. El marketing, la contabilidad, las relaciones públicas, el protocolo, etc. y otros nichos en los que también interviene un gestor cultural ocasionalmente.
¿Qué estudiar para ser gestor cultural?
Como habrás comprobado, la gestión cultural no es una tarea sencilla, pero sí muy gratificante. Si eres un apasionado del arte y la cultura, probablemente sientas también vocación por ser un vector cultural que tiende puentes entre una audiencia y un artista.
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