¿Cada cuánto es normal cambiar de trabajo? ¡Conoce el job hopping!

JOB HOPPING

El concepto de “Job Hopping” se ha vuelto cada vez más relevante en el mercado laboral actual. Un Job Hopper es una persona que cambia de empleo con frecuencia, generalmente cada uno o dos años, en lugar de permanecer a largo plazo en una empresa.

Aunque este perfil solía verse de manera negativa, hoy en día se ha normalizado hasta cierto punto debido a la evolución del mercado laboral y los cambios en las expectativas de las personas trabajadoras.

Perfil del Job Hopper

El Job Hopping surge principalmente en las generaciones más jóvenes, como los millennials y la Generación Z. Estas personas buscan algo más que estabilidad laboral, ya que prefieren obtener nuevas experiencias, aprender diversas habilidades y avanzar en sus carreras más rápidamente que en generaciones anteriores.

Según varios estudios, estas generaciones valoran más el desarrollo profesional continuo que la permanencia en un solo lugar, y ven el cambio de empleo como una oportunidad para seguir creciendo y avanzar en sus metas.

Motivaciones del Job Hopping

Los Job Hoppers suelen tener varias razones para cambiar de trabajo con frecuencia. Algunas de las principales son:

Obtener mejores sueldos, ya que cambiar de empresa suele conllevar un aumento de salario más significativo que las subidas anuales dentro de la misma compañía.

Otras personas buscan oportunidades para expandir sus habilidades y trabajar en nuevos sectores o roles.

Así también, un ambiente de trabajo tóxico, falta de reconocimiento o la monotonía son razones comunes por las que también pueden querer cambiar de empleo.

Y, cada vez más, personas trabajadoras buscan flexibilidad, como el teletrabajo o la conciliación familiar, algo que algunas empresas tradicionales no siempre pueden ofrecer.

Ventajas de contratar a un Job Hopper

Contratar a un Job Hopper puede traer beneficios importantes a las empresas que saben aprovechar su perfil dinámico.

Adaptabilidad y experiencia diversa

Debido a que los Job Hoppers han trabajado en varios entornos laborales y en diferentes sectores, traen consigo una experiencia muy variada y diversa. Esto los convierte en personas empleadas altamente adaptables, capaces de enfrentar nuevos desafíos y aprender rápidamente.

Innovación y creatividad

La experiencia variada de un Job Hopper también puede fomentar la innovación, ya que, al haber trabajado en diferentes empresas y en distintos equipos, pueden aportar ideas frescas y enfoques innovadores que una persona que ha estado muchos años en la misma empresa quizás no consideraría.

Red de contactos

El cambio constante de empleo también les permite construir una amplia red de contactos profesionales, lo que puede ser útil para las empresas.

A través de su red, pueden identificar oportunidades de negocio, colaborar con otras personas profesionales o atraer nuevos talentos a la organización.

Motivación y ambición

Los Job Hoppers suelen ser personas ambiciosas que buscan progresar rápidamente en sus carreras. Esta ambición puede traducirse en un alto nivel de compromiso y productividad mientras están en un empleo, ya que buscan resultados rápidos para avanzar en su desarrollo profesional.

Desventajas de contratar a un Job Hopper

Sin embargo, también existen riesgos al contratar a personas con este perfil, las cuales deben considerarse cuidadosamente para determinar si  este perfil de persona trabajadora es la elección adecuada para una vacante específica.

Alta rotación y costes de reclutamiento

La desventaja más obvia es la alta probabilidad de que el Job Hopper no permanezca en la empresa por mucho tiempo. Esto puede generar costes adicionales de reclutamiento y capacitación, ya que cada vez que una persona empleada se va, la empresa debe invertir tiempo y recursos en encontrar y capacitar a su reemplazo.

Falta de compromiso a largo plazo

La falta de lealtad a largo plazo puede ser un problema en roles que requieren estabilidad o la construcción de relaciones duraderas, ya sea con clientes o dentro del equipo de trabajo. Si una persona trabajadora no está comprometida a largo plazo, puede ser más difícil que invierta el esfuerzo necesario para desarrollar proyectos complejos que requieran tiempo y continuidad.

Dificultad en la cultura organizacional

Un Job Hopper puede no encajar en la cultura de una empresa que valore la estabilidad y el trabajo a largo plazo. Puede haber fricciones entre las personas empleadas que buscan un compromiso duradero y aquellas que están constantemente buscando su próximo salto profesional. Además, su integración en equipos ya formados puede ser más difícil si se percibe que su permanencia será corta.

Riesgo de falta de especialización

Aunque los Job Hoppers tienen una amplia experiencia, esta puede ser superficial en algunos casos, ya que saltar de un trabajo a otro puede dificultar el desarrollo de una especialización profunda en un área, lo que puede ser un inconveniente para ciertos roles que requieren un alto nivel de conocimiento técnico o una experiencia prolongada en un campo específico.

Como puedes ver, el Job Hopping ha transformado el mercado laboral moderno. Por eso, decidir si contratar o no a este perfil laboral depende de las necesidades específicas de cada empresa y del rol que se esté buscando llenar. Si la empresa necesita innovación, flexibilidad y nuevas perspectivas, un Job Hopper puede ser una excelente adición al equipo. Por el contrario, si el rol requiere estabilidad a largo plazo y una experiencia técnica profunda, puede ser mejor optar por un perfil más tradicional.

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