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¿Qué está pasando en Francia con las empresas de fast fashion como Shein o Temu? Básicamente, el país galo ha presentado un proyecto de ley, aprobado por unanimidad, para obligar a estas plataformas a subir progresivamente el precio de sus prendas de ropa. ¿Pero por qué obliga únicamente a estas plataformas? En INEAF les explicaremos en profundidad todo lo relativo a esta medida.
Francia es un país muy concienciado con la fabricación de las prendas de ropa y el respeto con el medio ambiente. Shein o Temu producen miles de prendas de ropa totalmente nuevas cada día y las incluyen en su catálogo a un precio bastante reducido. Por ello, el ministro francés de transición ecológica y desarollo sostenible, Christophe Béchu, trabaja para establecer una serie de medidas.
¡Vamos a verlas!
Lo primero de todo: entender qué es la fast fashion
Fast fashion es un modelo de negocio que se centra en la producción rápida y económica de prendas de vestir que siguen las últimas tendencias de moda. Las marcas de fast fashion diseñan, producen y distribuyen rápidamente sus productos para mantenerse al día con los cambios en la moda y satisfacer la demanda del consumidor por ropa actualizada constantemente.
Este enfoque se basa en ciclos de producción cortos y una gran rotación de inventario, lo que permite a las empresas ofrecer una amplia variedad de productos a precios asequibles. Sin embargo, este modelo también ha sido criticado por su impacto ambiental negativo debido al uso intensivo de recursos naturales, la generación de residuos y las condiciones laborales cuestionables en las fábricas de confección.
A pesar de las críticas, la fast fashion sigue siendo popular entre los consumidores que buscan estar a la moda sin gastar mucho dinero.
Shein o Temu tendrán que subir progresivamente sus precios en Francia
Para ponernos en contexto, debemos saber que Shein o Temu cuentan con casi medio millón de referencias diferentes en sus páginas webs. En el caso de Shein, ha podido llegar a contar con 7.000 productos, lo que supone una auténtica locura en el mundo de las fast fashion. ¿Cómo son capaces de afrontar una producción tan alta? Esto es lo que se preguntan en Francia.
Para contrarrestar la popularidad que están adquiriendo estas plataformas en el país, en Francia aprobarán una ley para que aumenten el precio de sus prendas progresivamente, llegando hasta los diez euros más por prenda de aquí a 2030. De esta manera, lo que pretenden es concienciar al consumidor.
El ministro de transición ecológica y desarrollo sostenible, Christophe Béchu, fue bien claro, señalando que le preocupa que muchos de los productos de Shein o Temu estén fabricados con un 95 % de plásticos. En un mundo que está luchando por eliminar los plásticos en sus productos, esta fast fashion resulta sorprendente.
Otras medidas de Francia en contra de la fast fashion
Esta no es la primera vez que Francia realiza alguna acción para concienciar a su población de la manera de producir de estas empresas de fast fashion. El pasado verano ya creó un fondo de 154 millones de euros para incentivar que las personas reparasen su calzado y sus prendas de ropa. Daba unos 10 o 15 euros a aquellos que arreglaban su ropa.
Por otro lado, Francia fue uno de los países más rígidos en referencia a la ley europea de responsabilidad ampliada del producto. Por ejemplo, los fabricantes están obligados a detallar las características de los envases y productos que ofertan. De esta manera, el consumidor tiene una amplia información con la que decidir su compra.
Si nos fijamos en el sector privado, existen plataformas como Vestiaire Collective, un “Vinted” francés, que vetó los productos de Inditex, H&M y GAP de su catálogo por considerarlos como moda rápida. En cualquier cosa, estas empresas estarían exentas de la nueva medida legal, puesto que el volumen de producción no es tan desmedido como el de Shein o Temu.
La defensa de Shein ante esta medida
La compañía se habría pronunciado ante este hecho, según Reuters, con un comunicado en el que indica que esta medida afectará de manera directa al poder adquisitivo de la población francesa, ya que les obliga a comprar prendas más caras. Por otro lado, se defienden señalando que su producción cumple con todos los requisitos de sostenibilidad.
Un hecho reseñable sobre Shein es que intentó salir a la bolsa de Nueva York, pero, posteriormente, tuvo que retirar su propuesta, ya que no alcanzó los niveles de transparencia fiscal que se exigen en un entorno como Wall Street. ¿Cómo les afectará esta medida a empresas como Shein o Temu? ¿Seguirán otros países los pasos de Francia? Habrá que permanecer atentos.
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