La figura del expatriado se ha puesto de relieve en los últimos años debido en gran medida al aumento de la presencia creciente de la empresa española en el extranjero, impulsada por la búsqueda de nuevos mercados que mitiguen los efectos de la crisis en el país, dando también como resultado un aumento de las exportaciones.
Pero la movilidad no solamente se produce al exterior, sino que son muchas las empresas que deciden establecerse en España. Según la secretaria general de Inmigración y Emigración del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, Marina del Corral, unas 12.800 empresas extranjeras están instauradas en nuestro territorio, mientras que alrededor de 2.600 españolas participan en el extranjero.
Según los datos disponibles, se estima en torno a los 232 millones de personas las que viven fuera su tierra patria, por lo que la movilidad es un fenómeno cada vez más extendido globalmente que configura como una forma para la consecución de ventajas competitivas para la organización y una oportunidad de desarrollo profesional y personal para el trabajador; y por tanto, es considerada un suplemento indispensable al desarrollo socioeconómico de un país, si se sabe como gestionar.
¿Quién será el elegido?
El perfil del expatriado se suele identificar con un varón, rozando la treintena, preferentemente sin cargas familiares, competencias interculturales y facilidad de adaptación. Pero, en la práctica real, la persona elegida para el traslado a otro país termina simplificándose en:
Persona de confianza de la dirección, que conozca la compañía y cuente con capacidades técnicas.
En la mayoría de los casos, las empresas no tienen en cuenta factores tan importantes para el éxito de la expatriación como puede ser la facilidad de adaptación a la cultura y el país (aproximadamente el 40% de las empresas reconoce no valorar dicho criterio a la hora de seleccionar al candidato) o la familia, pues el retorno prematuro se produce en la mayoría de los casos debido a la falta de adaptación de los allegados más próximos al trabajador.
¿Cómo fomentar el flujo de migración?
La Ley de apoyo al Emprendedor y a su internacionalización pretende ser un reclamo internacional, facilitando la contratación de ciudadanos extranjeros mediante la simplificación de los trámites, el establecimiento de periodos de resolución más cortos, el abaratamiento del proceso y la inclusión de nuevos supuestos.
Además, se pretende impulsar la inversión extranjera y facilitar la permanencia de los inversores, emprendedores e investigadores dentro de España, con el fin de mejorar la competitividad internacional de la economía española.
Como en muchos casos, las líneas de actuación marcadas se dirigen en la dirección correcta aunque puede que solo ayuden a recorrer la mitad por falta de impulso.
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