En una tribuna anterior (Véase “Las balanzas fiscales: nuevo motivo de disputa entre las CCAA”) ya pusimos a nuestros lectores al día sobre qué eran las balanzas fiscales y los cambios que se iban a producir en el método de cálculo. También anunciamos que Cataluña ya había originado una disputa sobre el nuevo método, pues manifestaba que salían desfavorecidos.
Pues bien, el pasado miércoles, el Ministerio de Hacienda presentó el nuevo sistema de cuentas públicas territorializadas (que es como se llama ahora a las balanzas fiscales) sobre 2011 y como era de esperar, la polémica está servida por los resultados de la Comunidad catalana.
Al parecer, la Generalitat calculó el pasado junio que el déficit se situaría en 15.006 millones siguiendo el método de flujo-monetario y 11.087 millones según el método de carga-beneficio. Pero la sorpresa es que, siguiendo este último método, la cifra proporcionada por el ministerio asciende a 8.455 millones de déficit, lo que supone 2.632 millones menos que lo previsto por la Generalitat. Esta diferencia radica en que Cataluña sólo tuvo en cuenta su relación del gasto con el Estado, sin tener en cuenta el gasto con el resto de las comunidades.
Se desvela así que el desajuste no surge porque el Estado reclame a los catalanes más IRPF sino que se da por causas razonables.
Aun así, el déficit es bastante importante, aunque normal debido a la riqueza de la comunidad. De hecho, ocurre igualmente con la Comunidad de Madrid, que dobla el déficit de Cataluña.
Los catalanes reclaman calcular el déficit bajo las dos hipótesis y no sólo bajo el método carga-beneficio, pues consideran que les perjudica. Por otro lado, hay quien opina que Cataluña está infrafinanciada, aunque menos de lo que se esperaba. No nos olvidemos de los nacionalistas, que deseaban conocer el dinero que habría tenido de más Cataluña si hubiese sido independiente en 2011.
El profesor del CSIC, Ángel de la Fuente, encargado del cálculo de estas balanzas, aun así sigue criticando este sistema, pues considera que es “muy malo”, pues no respeta el principio de igualdad de servicios entre regiones y cree que es normal que tanto la Comunidad de Madrid, como ahora la Comunidad de Cataluña pidan una reforma del sistema de financiación. La solución según de la Fuente, sería establecer un sistema transitorio que ayude a reducir las diferencias entre las autonomías.
Como vemos, tanto el sistema anterior como el nuevo sistema, siguen suscitando críticas y polémicas, cuando el único objetivo de estas balanzas fiscales es informar.
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