Según el informe, el 78% de los encuestados opina que la seguridad jurídica de nuestro sistema tributario es muy baja, siendo un 88% quien lo califica de “complejo”. El 60% considera que la aplicación de los tributos es injusta o poco equitativa.
Por otro lado, el 77% de los encuestados opina que la existencia de los distintos niveles tributarios, estatal, autonómico y municipal, es perjudicial para nuestro sistema y sólo el 2% piensa que es ventajosa. Debido a esto, el 61% entiende que en España se necesita más tiempo que en el resto de los países del entorno para cumplir con las obligaciones fiscales, el 74% opina que la influencia de la normativa tributaria en la toma de decisiones empresariales es alta o muy alta y el 68% cree que fomenta poco o muy poco la actividad empresarial.
En cuanto a los inversores y emprendedores se refiere, el 72% opina que nuestro sistema fiscal es nada o poco favorecedor de la inversión empresarial. El 46% tiene una visión pesimista sobre el papel de nuestros impuestos en la internacionalización de las empresas y en la atracción de la inversión financiera.
Prácticamente la totalidad de los encuestados, el 96%, opina que la presión fiscal sobre los rendimientos del trabajo es muy alta. El 69% opina que las cotizaciones a la Seguridad Social también lo son y para casi la mitad de los encuestados la parte que satisface la empresa es bastante elevada mientras que el resto opina que es equilibrada respecto de la que abona el empleado.
Respecto del funcionamiento de la Administración Tributaria, los encuestados creen que el nivel de información y asistencia es alto. Parece ser el único elogio a nuestro sistema.
Las opiniones del fraude fiscal tampoco son muy positivas. El 83% opina que el fraude fiscal es bastante elevado y más de la mitad de los encuestados piensa que las medidas contra el fraude son poco eficaces. Además, los sistemas de resolución de conflictos son calificados por el 65% de los encuestados como poco o nada efectivos.
Según los encuestados, las perspectivas de futuro no son muy prometedoras. El 70% de los encuestados opina que la presión fiscal seguirá aumentando en los próximos doce meses y seguirá siendo injusta y más de la mitad de los encuestados cree que la presión fiscal sobre los rendimientos del trabajo puede aumentar más en el próximo año. El 73% de los expertos opina que la conflictividad aumentará. Sólo un 8% de los encuestados opina que aumentará la inversión en nuestro país. El fraude fiscal según el 87% de los encuestados, aumentará o se mantendrá igual.
Después de estos datos estadísticos que arroja el informe elaborado por la prestigiosa firma “Price Waterhouse Cooper” concluimos que el pesimismo social sobre el sistema tributario es crítico, y la urgencia de la reforma fiscal es bastante clara.
Esperemos que no defraude como la esperada ley de emprendedores, y consiga espolear el optimismo social en nuestro sistema.
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