La salud financiera es crucial para la supervivencia y éxito de cualquier empresa. Saber en qué situación se encuentra un negocio y, periódicamente, analizar en profundidad el balance de empresa, es fundamental para comprobar si se cumple de forma adecuada con las obligaciones financieras y asegurar el futuro financiero.
Una buena salud financiera permite a las empresas hacer frente a imprevistos y conseguir alcanzar metas al llevar una correcta gestión del dinero.
Además, nos brinda una visión clara y valiosa sobre la capacidad de la empresa para hacer frente a situaciones de riesgo, nuevas inversiones o incluso adaptarse a cambios del entorno, lo que dará la tranquilidad y la confianza necesaria a todos los que se encuentran relacionados con la empresa y su actividad, como pueden ser sus accionistas.
¿Cómo podemos evaluar la salud financiera de una empresa?
En el mundo empresarial resulta imprescindible conocer y entender los indicadores que nos permiten analizarla. Para conocer la estabilidad, solvencia y potencial de crecimiento de la empresa.
Antes de sumergirnos en las diferentes formas de medir la salud financiera de la empresa, es fundamental comprender los principales estados financieros que nos proporcionan información sobre la situación financiera de la empresa: el balance general, junto con la cuenta de resultado del ejercicio y el estado de flujos de efectivo.
- El Balance nos muestra los activos, pasivos y el patrimonio neto de la empresa en un momento dado, lo que nos permite evaluar la solidez financiera. Es una fuente fundamental de información para identificar las áreas problemáticas en la salud económica- financiera de una empresa, sirviendo como punto de partida esencial para tomar medidas correctivas al llevar un control adecuado.
- La Cuenta de Resultado del ejercicio proporciona información sobre los gastos e ingresos que se han producido en la empresa, reflejando el resultado económico en un periodo determinado, brindando información sobre su rentabilidad.
- El Estado de Flujos de Efectivo (EFE) muestra la entrada y salida de efectivo durante un periodo determinado, lo que ayuda a evaluar su capacidad para generar y administrar su liquidez.
Si estudiamos los activos y los pasivos de una empresa, calculamos una serie de ratios o cocientes y logramos interpretarlos adecuadamente podremos detectar problemas de liquidez, rentabilidad y solvencia.
Fondo de maniobra, Capital Corriente y NOF
Respecto al balance podemos estudiar el equilibrio patrimonial y financiero de la sociedad mediante el cálculo del Fondo de Maniobra (FM) y el Capital Circulante (CC). El Fondo (margen) de Maniobra es una medida de la capacidad que tiene una empresa para continuar con el normal desarrollo de sus actividades en el corto plazo; expresa la parte de recursos de largo plazo que financian activos de corto plazo, se obtiene mediante la siguiente fórmula:
FM = (Patrimonio Neto + Pasivo no corriente) – Activo no corriente
Por lo general, las compañías con fondo de maniobra positivo tendrán una mejor posición para hacer frente a sus necesidades de financiación de corto plazo sin que se produzcan tensiones de tesorería para la empresa. Por el contrario, un fondo de maniobra negativo supondría que parte del Activo no corriente está financiado con recursos a corto plazo. La empresa no cuenta con suficientes recursos para hacer frente a sus obligaciones de pago inmediatas; en este caso es importante controlar esta situación ya que nos puede llevar a presentar una suspensión de pagos. Esta es una magnitud de largo plazo, por lo que no es fácil su modificación.
El capital circulante o corriente, a diferencia del Fondo de Maniobra es una magnitud de corto plazo que se obtiene con la siguiente fórmula:
CC= Activo corriente – Pasivo corriente
Si bien, Fondo de Maniobra y Capital corriente van a coincidir numéricamente, es decir, van a tener el mismo resultado, pero no quiere decir que sean lo mismo, el fondo de maniobra supone financiación de largo plazo y el capital circulante inversión en activos a corto plazo. Para comprender esta diferencia, resulta de utilidad conocer las necesidades operativas de financiación (NOF), es decir, la cantidad de dinero que una empresa necesita para financiar sus gastos diarios, como los pagos de sueldos y proveedores. Nos ayudará a entender la posición de liquidez de la empresa, la fórmula para obtenerlas es:
NOF = Existencias + Clientes y cuentas a cobrar + Tesorería – Proveedores y cuentas a pagar
La interpretación adecuada de estos 3 conceptos resulta fundamental para alcanzar la solvencia empresarial y conseguir el equilibrio financiero.
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Ratios clave para evaluar la salud empresarial
Las ratios financieros son herramientas esenciales para medir la salud financieras de una empresa de manera más precisa. Estas ratios se calculan utilizando cifras de los estados financieros y proporcionan una visión más detallada de diferentes aspectos esenciales de la empresa, como la liquidez, rentabilidad y endeudamiento.
- Las ratios de liquidez miden la capacidad de pago que tiene una empresa.
- La ratio de liquidez general mide la capacidad de la empresa para pagar sus deudas a corto plazo. Se calcula dividiendo los activos corrientes entre los pasivos corrientes.
- La ratio de test ácido o acid-test: es similar a la ratio de liquidez general, pero excluye las existencias, ya que estas pueden ser difíciles de convertir en efectivo rápidamente. Se calcula dividiendo el activo corriente menos las existencias entre el pasivo corriente.
- Ratios de rentabilidad, tener unas rentabilidades adecuadas es imprescindible para la viabilidad de las empresas. Para el cálculo de rentabilidades nos ayudaremos de los datos de nuestra cuenta de Pérdidas y Ganancias. (PyG)
- Rentabilidad Financiera (ROE), nos da información referente a la rentabilidad media obtenida por la empresa mediante su actividad, a partir de los fondos propios. Se calcula dividiendo el Beneficio Neto (BN) sobre los Fondos propios debidamente promediados. El ROE es adecuado si es superior a los tipos de interés del mercado financiero más la prima de riesgo de esa empresa y/o sector. Cuanto mayor sea mejor.
- Rentabilidad Económica (ROA o ROI) la rentabilidad o rendimiento de las inversiones o activos, trata de medir la capacidad de los activos de una empresa para generar valor, independientemente de cómo hayan sido financiados y, de cuestiones fiscales. Se calcula dividiendo el Beneficio antes de Intereses e Impuestos (BAII) entre los activos totales medios del año. El ROA se compara con el coste de la deuda, es decir, un banco no le prestará dinero o difícilmente lo hará si la empresa tiene un coste de la deuda que le va a prestar mayor que el ROA. Cuanto mayor sea el ROA mejor.
- La ratio de endeudamiento mide la proporción de la deuda en relación con los activos y el patrimonio neto de la empresa. Su finalidad es reflejar la totalidad de las deudas contraídas, independientemente de su plazo de vencimiento. Se calcula dividiendo el total de la deuda de la empresa entre el pasivo total.
Estas ratios permiten comparar la empresa con estándares de la industria y evaluar su desempeño financiero.
Es importante combinar distintas herramientas y analizar los estados financieros de la empresa, para comprender la situación financiera de la empresa y garantizar su continuidad; pero, también es importante examinar la evolución de los estados financieros de la empresa a lo largo del tiempo.
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