Desde hace años no dejamos de escuchar que España tiene que modificar las pensiones: hay que retrasar la edad de jubilación, vivimos cada vez más, la natalidad no deja de descender y, como consecuencia la pirámide poblacional se invierte. Según las encuestas más de un tercio de los españoles considera que las pensiones no están garantizadas de cara al futuro. Para analizar la posible viabilidad y sostenibilidad del sistema de pensiones el Gobierno creó un grupo de expertos para que debatieran el tema.
En Tribuna INEAF analizaremos las ideas principales de esta “reformulación del Pacto de Toledo”.
Mediante esta reforma, siempre según el Gobierno, se quiere asegurar la permanencia de las pensiones, y acabar con la incertidumbre que genera a pensionistas –presentes y futuros- el sistema actual. Desde el Ejecutivo consideran que este es un paso más para aumentar la credibilidad de nuestra economía, y seguir avanzando en la recuperación económica.
Preocupaciones
Lo que más preocupa es el envejecimiento de la población, antes la esperanza de vida del jubilado era de diez años, ahora es de veinte y para el futuro próximo se espera que sea de veinticinco. Además, se prevé que se pase de los 9 millones de jubilados que hay en la actualidad a los 15 millones en el año 2052. Esto unido a la baja natalidad y a la disminución de la inmigración como consecuencia de la crisis, lleva a pensar que se va a producir un aumento de la tasa de dependencia, es decir, cuántas personas están cobrando pensiones por cada persona ocupada.
Factor “sostenibilidad”
El factor de sostenibilidad está diseñado para que los desequilibrios del sistema de pensiones se puedan anticipar cada año de manera transparente y se neutralicen de una forma distribuida en el tiempo. Los principales tributos que el factor de sostenibilidad puede rendir a la sociedad española son, por una parte, la transparencia y la predictibilidad de las pensiones; por otra, un mecanismo de corrección automático de errores distribuido en el tiempo y, por tanto, aceptable en sus consecuencias.
Para esta sostenibilidad habrá un factor de equidad intergeneracional, es decir, que las pensiones sean iguales para los jubilados de hoy que para los jubilados que habrá dentro de 15 años, cosa que ahora no ocurre. Y un factor de revalorización anual, que se regulará atendiendo a la diferencia entre ingresos y gastos del sistema de pensiones.
En lo concerniente al papel de los canales democráticos, hay que afirmar con rotundidad que, aunque el factor de sostenibilidad impone una serie de restricciones que han de cumplirse anualmente para asegurar el equilibrio presupuestario, no impide la actuación del pacto político y social.
Factor de equidad intergeneracional de las nuevas pensiones de jubilación
Hay que vincular la pensión a la esperanza de vida, la pensión inicial debe ajustarse de modo que el monto total esperado de las pensiones sea equivalente entre dos personas jubiladas en épocas diferentes y con esperanzas de vida diferentes. Si no se hace así, y a pesar de haber cotizado los mismos años y con la misma base, si cobran la misma pensión, uno cobrará un montante mayor al vivir más años.
Esto no implica que la pensión en términos reales vaya a disminuir a lo largo de los años, sino que puede aumentar debido a un fuerte crecimiento económico o al aumento de años cotizados. Es decir, trabajando más años. Para ello se plantea que los trabajadores puedan retrasar su jubilación para obtener una pensión mayor.
Factor de revalorización anual de todas las pensiones
Pero no sólo preocupa el envejecimiento de la población, también preocupa, y mucho, la tasa de dependencia o el ratio entre pensionistas y cotizantes.
Lo que se propone es aumentar todas las pensiones en función del crecimiento de los ingresos y del número de pensiones, del efecto sustitución (derivado de que los pensionistas que entran anualmente en el sistema lo hacen con pensiones distintas de los que salen) y de la diferencia entre ingresos y gastos a lo largo del ciclo económico. Por lo tanto evita ligar la subida de las pensiones a la inflación, ligándola a otras magnitudes macroeconómica: el crecimiento de los salarios, las variaciones en las bases de cotización, la productividad del trabajo, la tasa de empleo, la eficiencia del propio sistema de pensiones o la disminución de la economía sumergida.
Se espera que este factor de revalorización anual sea lo bastante flexible como para obtener el equilibrio presupuestario a medio y largo plazo.
Con estas medidas se está intentando dar solución al problema de las pensiones, pero como siempre la solución es una bajada generalizada de las pensiones, eso sí, muy bien argumentada.
Consulta aquí el Informe del Comité de Expertos sobre el factor de sostenibilidad del sistema público de pensiones
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