¿Cómo es el proceso de cambio de start-up a scale-up?

Antes de indagar en el proceso de cambio de start-up a scale-up, debemos conocer ambos conceptos. ¡Vamos allá!

El término start up, traducido al castellano, nos hace referencia a aquella empresa nueva que cuenta con fuertes posibilidades de escalar en su crecimiento a corto plazo.

Por su parte, el término scale up, al traducir del inglés, nos deja entrever que se trata de una organización que ya no se caracteriza por estar comenzando su actividad y necesitar un impulso para despegar o acelerar su presencia en un determinado mercado. Más bien, hablamos de negocios que tienen un cierto rodaje y que ahora buscan una meta más ambiciosa, es decir, escalar el modelo.

¿Qué es una start up?

Una start up es una empresa de nueva creación que cuenta con grandes posibilidades de crecimiento. Comercializando sus productos o servicios a través del uso de las tecnologías de la información y la comunicación.

Es relevante saber distinguir entre pyme convencional y start up. Las pymes convencionales salen al mercado tras haber invertido una cierta cantidad de dinero y debe esperar un tiempo para comenzar a disfrutar de beneficios. Las empresas start ups, en cambio, salen rápidamente al mercado para lograr el crecimiento y financiación necesarios a través de la transformación digital.

Normalmente, las empresas start up se caracterizan por ser jóvenes, escalables, tecnológicas y contar con costes pequeños.

¿Qué es una scale up?

Se habla de Scale up cuando una empresa start up consigue que su facturación haya crecido un 20% anual durante más de tres periodos seguidos. O que alcancen más de un millón de dólares en financiación. Es decir, las scale ups son aquellas empresas que iniciaron su actividad como startups, pero que tienen la intención de expandirse. Fijando retos para alcanzar nuevos mercados, nuevos clientes y mejorar sus productos para hacerlos modernos e innovadores.

Estas empresas se caracterizan por ser perdurables en el tiempo, las scale ups que fracasan representan un porcentaje muy reducido. Son empresas resistentes a la pérdida de empleos durante procesos de recesión y generan empleos a largo plazo. Las scale ups impulsan el desarrollo profesional de sus empleados, ya que a medida que crecen y amplían su plantilla, los trabajadores se mueven a mandos medios.

Según la definición del Scale up Institute de Reino Unido y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), para que una organización sea considerada una scale up debe haber crecido durante los tres anteriores ejercicios a un ritmo anual superior al 20% en número de empleados o en facturación.

Diferencias entre scale up y start up

Las scale ups y las start ups tienen comienzos muy similares. Sin embargo, con el tiempo afloran las diferencias entre unas y otras al tener necesidades, preocupaciones y objetivos distintos. A continuación, podemos observar las características de la scale up sobre la start up.

Pretenden mantener modelos de negocio escalables e intención de expandirse a otros mercados.
Se posicionan como empresas más organizadas y estructuradas, con más protocolos internos y procesos más maduros.
Se contratan a perfiles más especializados y los roles de sus empleados están más definidos.
Para el constante crecimiento, deben conocer muy bien su análisis DAFO de debilidades, amenazas fortalezas y oportunidades.
Las scale ups, normalmente, ofrecen servicios y productos más desarrollados que los de las start ups.

Un rasgo particular de una start up también es que buscan incrementar su tamaño e ingresos en tiempos menores. Y, en este deseo de expansión, muchas de ellas pueden llegar a convertirse scale ups. Por tanto, son términos que guardan una estrecha relación entre sí, pero que también cuentan con diferencias significativas.

Aspectos relevantes al pasar de Start-up a scale-up

No es sencillo que una start up llegue a convertirse en una scale up. De hecho, se estima que la gran mayoría de las empresas emergentes no alcanza su tercer año de vida. Por ello, es necesario conocer los pasos que tener en cuenta para hacer una transición de Start-up a scale-up.

Elegir el momento idóneo: Lo más difícil de escalar una start upes saber cuándo hacerlo. Aquellas que se precipitan o esperan demasiado están condenadas al fracaso.
Recursos suficientes: las compañías que se deciden a dar el salto necesitan solvencia económica para mantenerse mientras llegan los ingresos
Mantener a los clientes. La fidelidad del consumidor hacia una start upindica que esta se ha posicionado en el mercado y que está lista para escalar.
Marketing a gran escala. Este tipo de estrategia es fundamental para destacar, ganar nuevos clientes y crecer en un entorno cada vez más competitivo.
Automatizar tareas. Cuando una start upcrece su funcionamiento se vuelve más complejo. Sin embargo, con la ayuda de las nuevas tecnologías se pueden simplificar mucho las cosas.
Marcar objetivos mesurables. Hay que definir metas individuales y colectivas, y estas deben ser concretas, alcanzables y cuantificables para saber si se cumplen o no.
Equipo capacitado. Los equipos deben estar formados por personas motivadas, cualificadas y capacitadas para afrontar con éxito la etapa de crecimiento.

Transición Start-up a scale-up

La transición Start-up a scale-up requiere llevar a cabo estrategias en profundidad relativas a los siguientes puntos.

Formar un equipo multidisciplinar.
Atraer nuevos talentos.
Establecer una estrategia diferenciada.
Adoptar una intención de acciones a nivel internacional.
Aprender el rápido pivotaje de escenarios.
Fomentar la inversión ajena.

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