El nuevo impuesto que gravará los envases de plástico no reutilizables entrará en vigor durante el primer trimestre de 2023.
Este impuesto se incluye en el nuevo proyecto de Ley de Residuos y suelos contaminados, con la que se pretende reducir el impacto de los productos de plástico en el medio ambiente.
El nuevo proyecto de ley establece un recargo de 0,45 euros por kilo de plástico destinado a envases no reutilizables.
Aquellos envases que, estando compuestos de más de un material, contengan plástico, se gravarán por la cantidad de plástico que contengan.
Además, el gobierno impondrá también un segundo impuesto sobre el depósito de residuos en vertederos y la incineración de residuos.
Antecedentes del nuevo impuesto a los envases plásticos
Durante décadas, los residuos de plástico han causado un grave impacto en todo el medio ambiente, siendo especialmente grave el impacto ocasionado en los océanos, llegando a crear una especie de “séptimo continente” en el océano pacífico formado por basura, siendo la mayoría de plástico.
La isla de basura tiene unas proporciones grotescas. Se estima que se extiende a lo largo de 1.6 millones de Km2 (similar al tamaño de Irán).
Pero eso no es lo peor ya que según Greenpeace el plástico flotante solo supone tan solo un 15% del total, mientras que el 85% permanece oculto bajo el agua.
La fauna marina ya se alimenta involuntariamente de micro plásticos, y que, gracias a la pesca, somos nosotros quienes acabamos consumiéndolos.
Por otro lado, la contaminación por emisiones también se ha convertido en un objetivo a combatir en Europa.
El escandalo medioambiental de la empresa Volkswagen marco un punto de inflexión en la creación de medidas que ayuden a combatir la contaminación.
Por ello, las naciones se han puesto de acuerdo en acabar con el vertido indiscriminado de plástico y una de las medidas establecidas por el gobierno de España es la creación de un impuesto a los envases plásticos no reutilizables.
Impuesto sobre los envases plásticos
El impuesto sobre los envases de plástico ha despertado un gran interés en la sociedad española ya que se trata de un producto ampliamente extendido.
Las bolsas de basura, cubiertos de plástico, pajitas, bolsas de patatas fritas, bandejas de poliespán, etc.
Son cientos de productos que utilizamos frecuentemente en nuestra vida cotidiana y la pregunta es ¿Desea el gobierno fomentar que se dejen de utilizar dichos productos?
La respuesta es no. Lo que se persigue es cumplir con los objetivos marcados del programa de economía circular.
Economía circular
En 2015, la Comisión adoptó un Plan de acción de la UE para la economía circular en el que citaba a los plásticos como una prioridad clave, y se comprometía a «preparar una estrategia en la que se aborden los retos que plantean los plásticos a lo largo de toda la cadena de valor y teniendo en cuenta la totalidad de su ciclo de vida».
En 2017, la Comisión confirmó que se centraría en la producción y utilización de los plásticos y que trabajaría en pro de garantizar que en 2030 todos los envases de plástico sean reciclables.
Ese es el objetivo, evitar el desperdicio de productos de plástico y que todos aquellos envases de un solo uso puedan volver al mercado en forma de otro producto.
Actualmente en Europa menos del 30% del plástico se recicla.
La UE ha planteado una estrategia para que en 2030 todos los plásticos puedan reciclarse.
Otros objetivos planteados son:
- Al igual que con el tabanco, los plásticos estarán obligados a incluir en el etiquetado advertencias sobre el impacto medioambiental para concienciar a la sociedad.
- Para 2030 los estados miembros de la UE deberán reciclar el 30% de las botellas de plástico.
- Los productores de plástico y fabricantes de aparejos de pesca deberán asumir los costes de la recogida de redes perdidas en el mar.
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