Arbitraje
El arbitraje es un método, sistema o mecanismo de resolución y gestión de conflictos, normalmente comerciales, alternativo y complementario al proceso judicial de los tribunales de justicia.
A través del arbitraje, las partes quedan sometidas a una tercera persona, denominada árbitro, que es quien resuelve la controversia a través de una decisión unilateral, llamada laudo arbitral y que tiene efectos muy similares a la sentencia dictada por el juez en el procedimiento judicial.
Hay una serie de principios que caracterizan este método de resolución de conflictos. Estos principios son la imparcialidad, flexibilidad y eficacia, además de generar un ambiente de confianza entre las partes en disputa y la voluntariedad de las partes; primero por decidir someterse a este método de resolución de conflictos y segundo por cumplir voluntariamente el laudo arbitral dictado por el árbitro.
En cuanto a la imparcialidad, las partes tienen libertad de elegir tanto al árbitro que va a resolver su conflicto, como a la institución arbitral que va a llevar a cabo la administración del arbitraje. A su vez, podrán escoger la sede donde se desarrollará el arbitraje, las reglas aplicables al mismo, el derecho aplicable al fondo del asunto y el idioma en que se realizará.
El arbitraje es neutral, ya que se organiza libremente por las partes.
Respecto a la flexibilidad, es importante indicar que el arbitraje es un procedimiento abierto, por lo que las partes pueden adaptar las reglas que lo rigen a la situación concreta del conflicto, dentro de la gran variedad de conflictos que pueden surgir en el ámbito de los negocios actuales. Por tanto, las alegaciones, tanto orales como escritas, la práctica de la prueba, la celebración de audiencias, formulaciones de conclusiones y demás cuestiones relativas al proceso, serán concretas al supuesto.
Por otro lado, la eficacia es uno de los aspectos más importantes del arbitraje, ya que los árbitros son expertos en la materia tratada en el conflicto y cada uno está disponible para prestar al procedimiento el tiempo necesario, proporcionando soluciones de calidad y personalizadas al caso concreto.
La decisión tomada por el árbitro, es decir, el laudo arbitral, es ejecutivo y firme, por lo que produce efecto de cosa juzgada desde el momento en que se dicta por el árbitro. A diferencia del proceso judicial, en el arbitraje no existe la posibilidad de acudir a una segunda instancia recurriendo la decisión, ni para su revisión sobre el fondo del conflicto.
El arbitraje es un proceso que se ha ido desarrollando en España en las últimas décadas y se está expandiendo a distintas materias.
Este procedimiento se regula por la Ley 60/2003, de 23 de diciembre, de Arbitraje, la cual está basada en la Ley Modelo UNCITRAL, elaborada por la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional.
El arbitraje en España se encuentra controlado por la infraestructura judicial, con lo cual, existe una mayor seguridad jurídica. Además, existe el Club Español de Arbitraje (CEA), siendo una asociación sin ánimo de lucro dedicada a promover el arbitraje como medio de resolución de conflictos.