Aval solidario
El aval solidario es una figura jurídica que se compromete a responder ante las obligaciones económicas y contractuales de un tercero, en el caso de que este último no pueda cumplir con sus deudas. En otras palabras, el aval solidario actúa como garantía de que la deuda será saldada.
La figura del aval solidario es frecuente en el sector financiero, especialmente en transacciones financieras de gran valor, como algunos préstamos o las hipotecas.
Su figura se establece en las condiciones y responsabilidades de las partes involucradas en el préstamo.
Antes de la firma del préstamo, será de obligado cumplimiento informar al avalista de las condiciones del préstamo y las implicaciones y riesgos que debe afrontar en caso de impago del deudor principal.
Algunos contratos pueden incluir cláusulas que limitan la responsabilidad del aval solidario o que establezcan condiciones específicas para su activación.
Las partes involucradas son las siguientes:
- El deudor principal es quien recibe el préstamo para su uso y disfrute. Él es quien debe atender a los pagos de la deuda contraída además de los intereses implícitos y explícitos acordados en las condiciones del contrato por la deuda.
- La entidad financiera es quien presta el dinero al deudor principal. La entidad financiera analizará la condición financiera de su cliente, teniendo en cuenta su profesión laboral, antigüedad del contrato laboral, otras deudas contraídas, sus posesiones e incluso cultura financiera. Si la entidad financiera considera que el cliente presenta un riesgo de impago elevado, podrá exigir un aval solidario como una condición para la aprobación del préstamo.
- Por otro lado, el avalista es quien responde ante el deudor principal y asume la responsabilidad total de la deuda en el caso de que el deudor no cumpla con sus obligaciones.
Las características principales del aval solidario son:
La solidaridad del avalista, que implica que responde ante la totalidad de la deuda. Esto significa que el acreedor puede exigir el pago total al avalista si el deudor incumple el contrato. En el caso de que el aval solidario tampoco pueda afrontar el pago de la deuda, este responderá antes la deuda con sus propios bienes.
Por ello, el deudor principal y el avalista están vinculados de manera conjunta y ambos responden de forma ilimitada ante el importe total de la deuda.
El aval solidario cuenta con una serie de derechos:
Derecho a ser informado. Tal y como hemos contado anteriormente, la entidad financiera tiene la obligación de informar al aval solidario de las condiciones del préstamo concedido. La información debe ser clara y completa. En caso de demostrar que la entidad no ha cumplido con este derecho, se le podrá exigir la nulidad del contrato quedando el avalista libre de toda deuda.
Derecho a retirarse. El avalista puede retirarse en cualquier momento siempre y cuando encuentre a otra persona que se preste como aval solidario o que las condiciones financieras del deudor principal hayan mejorado lo suficiente para no requerir de dicha figura. Una vez cumplido uno de estos requisitos, el avalista solidario deberá informar a la entidad financiera de su decisión de retirarse y presentando la documentación requerida.
Por último, mencionar el derecho a compensación. El avalista solidario puede exigir una compensación al deudor principal por su implicación en el préstamo.