Base liquidable
La base liquidable es un concepto utilizado en el ámbito tributario y fiscal para referirse a la cantidad que será sometida a gravamen por los impuestos a satisfacer por los contribuyentes.
La Ley general tributaria la define en su artículo 54 como “la magnitud resultante de practicar, en su caso, en la base imponible las reducciones establecidas en la ley”
Así pues, cada impuesto cuenta con su propia legislación en la que se establece de forma específica cómo determinar la base liquidable del objeto en cuestión. Así mismo, las bases liquidables pueden ser positivas o negativas en función del resultado de los contribuyentes.
Algunos de los impuestos que mayor complejidad presentan a la hora de determinar la base liquidable son el Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas, o el Impuesto sobre sociedades.
La base liquidable en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) se determina siguiendo un proceso específico y se compone de la base liquidable general y del ahorro cuyos pasos podríamos resumir como:
- Base liquidable general: Se obtiene a partir de la suma de la base liquidable general menos las reducciones correspondientes.
- Ingresos brutos: Se deben sumar todos los ingresos obtenidos durante el año fiscal, incluyendo salarios, ingresos por actividades económicas, y rendimientos del capital inmobiliario entre otros.
- Reducciones y deducciones: A la base general, se aplican una serie de reducciones y deducciones previstas en la normativa del IRPF. Estas pueden incluir gastos deducibles, como los gastos de vivienda habitual, cotizaciones a la seguridad social, planes de pensiones, seguros médicos, donaciones, pensiones compensatorias etc. Estas reducciones y deducciones se restan de la base general para obtener la base liquidable general.
Por otro lado, encontramos la base liquidable del ahorro, que corresponde a los ingresos derivados de la obtención de rendimientos del capital mobiliario (intereses, dividendos) y las ganancias y pérdidas patrimoniales derivadas de la transmisión de elementos patrimoniales.
Por tanto, para hallar la base liquidable total del IRPF tendremos que sumar la base liquidable general y del ahorro.
- Aplicación de las escalas de gravamen: Una vez obtenida la base liquidable total, se aplica la escala de gravamen correspondiente según los tramos establecidos en la normativa fiscal. Cada tramo tiene un porcentaje de impuesto asociado. Se calcula el impuesto a pagar en cada tramo y se suman para obtener el impuesto total a pagar.
Respecto al impuesto sobre sociedades, la base liquidable está compuesta por la suma de los ingresos brutos obtenidos por la sociedad durante el periodo fiscal, tantos los derivados de la actividad como de cualquier otra índole (subvenciones, dividendos, etc).
A estos ingresos brutos tendremos que restarle todos los gastos necesarios para el desarrollo de la actividad económica siempre y cuando estén debidamente justificados, como puedan ser los gastos por la seguridad social o las nóminas pagadas a los empleados, los intereses de financiación, así como las compras y adquisiciones de bienes y servicios que intervienen en el proceso productivo.
En este caso, existen particularidades respecto a los gastos deducibles, ya que pueden diferir los criterios contables y fiscales, por lo que al final del ejercicio tendremos que realizar los correspondientes ajustes para obtener la base liquidable fiscal, que será sobre la que se aplicará el tipo impositivo.
En ambos impuestos existen mecanismos para la compensación de pérdidas que deriven de ejercicios fiscales anteriores, de tal forma que se compensen con la base liquidable positiva obtenida en otros ejercicios fiscales.
El IRPF tiene sus propias particularidades para poder realizar la compensación de bases liquidables negativas de ejercicios anteriores, ya que tanto la base liquidable del ahorro como la base liquidable general tienen sus normas específicas de integración y compensación de rentas.