Bienes libres
¿Qué son los bienes libres? En el ámbito económico se utiliza el concepto de bienes libres para incluir todos aquellos que no tienen un precio establecido ni un valor económico para ser comercializados, si bien, esto no quiere decir que no tengan ningún tipo de valor.
Por ello, no generan ninguna rentabilidad, no poseen dueño y son libres para que puedan ser usados por el entorno que los rodea.
Esto es así porque se encuentran de manera ilimitada o casi ilimitada en el ambiente. Además, no sufren ningún proceso de producción.
Ello implica que no se racionalice su consumo, puesto que no tienen mercado ni precio. Ejemplos de bienes libres podrían ser el sol o el aire.
Bien económico, todo lo contrario
El concepto contrario a los bienes libres son los bienes económicos, ya que, estos últimos son escasos y tienen un valor económico que puede ser traducido monetariamente. En ese sentido, tienen mercado, y, por tanto, es necesario pagar un precio para poder acceder a ellos.
Como características de los bienes libres podríamos decir que son creados por la naturaleza, son abundantes, gratuitos, intransferibles, no tienen propietario ni valor de cambio, tienen valor de uso y tienen utilidad.
Además, pueden ser materiales o inmateriales. Como ejemplo de los bienes materiales podemos encontrar el agua del mar, y, en el caso de los bienes inmateriales, podemos citar el viento o la luz natural.
Otra característica importante de este tipo de bienes es que no tiene coste de oportunidad, es decir, no tenemos que dejar de consumir o producir otro bien para consumir el bien libre, y, además, tampoco dependen de la demanda que haya.
Estas dos últimas características las comparten con los bienes económicos, y, por tanto, tanto los bienes libres como los bienes económicos sirven para satisfacer necesidades.
Ejemplos de bienes y servicios libres
Aunque los bienes libres no requieren del proceso productivo, algunas empresas lo transforman para, con posterioridad, ponerlos a la venta en el mercado. Esto puede pasar con la luz solar, la cual se transforma en energía solar y, con posterioridad, es comercializada.
De igual forma ocurre con la energía eólica: el viento es un bien libre, pero al convertirlo en energía se convierte en un bien económico.
La paradoja de los bienes libres es que no debemos descartar que en algún momento un bien pierda su condición de libre.
Por ejemplo, aunque el agua es un bien libre, el agua dulce y potable es un bien económico, ya que en esta forma no es tan abundante y, por ello, comienza a explotarse y comercializarse.
El agua del río es agua dulce, pero no es potable, por ello, seguimos hablando de un bien libre. En cambio, en cuanto esta agua pasa el proceso de filtración, y acercarla al consumidor a través de tuberías o por medio de embotellamiento, ya pasa a ser un bien económico.
Otros ejemplos de bienes libres podrían ser la arena de la playa, las piedras, las hojas de los árboles, el sonido de una catarata, la imagen de un atardecer, o incluso, la lluvia en época de sequía.
Tipos de bienes en economía
En la actualidad, podemos encontrar multitud de clasificaciones de los bienes en economía. Esto se debe a que, en función de los elementos o aspectos en los que nos detengamos, podemos hacer una distinción u otra. Por ejemplo, existen los bienes económicos y no económicos o libres. En el primer caso, hacemos referencia a aquellos que requieren un esfuerzo o recursos para ser producidos. El segundo tipo de bien es aquel que está disponible en abundancia.
Otra clasificación nos indica que existen bienes de consumo, que son los que están destinados a satisfacer una serie de necesidades y deseos; y los bienes de capital, que, al contrario, se usan para crear o producir otros bienes y servicios.
¿Y qué hay de los bienes públicos y privados? Aquí, como su nombre indica, los públicos son los que no pueden ser excluidos o consumidos por una única persona. Por ejemplo, la iluminación pública es un tipo de este bien. Los privados conforman aquellos bienes que solo pueden ser consumidos por un grupo de personas.
También podemos clasificar los bienes en economía como bienes rivales y no rivales. Los rivales hacen referencia a aquellos cuyo consumo implica una reducción de la cantidad disponible para otras personas, como puede ser una pizza. El consumo de los no rivales no afecta a la cantidad disponible para otras personas.
Por último, vamos a rescatar a los bienes excludentes y los no excludentes. En el primer caso, tenemos bienes que solo pueden ser usados por una persona pagando una cantidad de dinero. Los no excludentes son usados por todo el mundo, sin un coste económico. Aquí podemos poner como ejemplo el aire limpio en una zona no contaminada.