Capital humano
Entendemos como capital humano el conjunto de conocimientos, habilidades, competencias, experiencia, capacidades y atributos personales que poseen los individuos y que son aprovechados en el ámbito laboral o productivo. Este concepto reconoce a las personas como activos valiosos dentro de una organización o sociedad, equiparándolos con otros recursos importantes, como el capital financiero o tecnológico.
El capital humano no solo abarca la formación educativa y las habilidades técnicas, sino que también engloba aspectos intangibles como: la creatividad, la capacidad de innovación, la inteligencia emocional, la capacidad de adaptación al cambio y la capacidad de trabajar en equipo o el liderazgo. En resumen, el concepto de capital humano se refiere al valor que aportan las personas a las organizaciones a través de su conocimiento, experiencia y habilidades para contribuir a su crecimiento, desarrollo y éxito.
¿Cuándo y cómo surge este término?
Aunque las aptitudes, conocimientos y capacidades de los trabajadores fueron identificadas, valoradas y demandadas mucho antes, el término "capital humano" fue popularizado por primera vez por el economista y premio Nobel Gary Becker en la década de 1960, tras publicar su libro "Capital Humano: Una inversión en la educación" (1964).
La diferencia entre el concepto de “capital humano” del siglo XIX y el que se creó a partir de la obra de Becker, es que, en un principio, los trabajadores solo eran considerados mano de obra, como puede ser cualquier herramienta. Sin embargo, este autor propuso la idea de que el conocimiento, la educación y la formación de las personas podían considerarse inversiones que generan rendimientos económicos a lo largo del tiempo. Él argumentaba que al invertir en la educación y en el desarrollo de las habilidades de las personas, se podría aumentar su productividad, ingresos y contribuir al crecimiento económico de una sociedad.
¿Cuáles son los desafíos actuales en la gestión del talento y cómo pueden superarse?
Hoy en día, ya hemos asumido que el capital humano es el motor que mueve a las empresas, pero aún quedan muchos retos por superar si queremos que, tanto empresas como trabajadores, consigan sus objetivos. Algunas de las metas más ambiciosas en el tablero de juego son la retención y atracción del talento, el desarrollo de carreras profesionales dentro de las propias organizaciones, la diversidad e inclusión, el uso efectivo de las nuevas tecnologías y la consecución de entornos laborales realmente saludables que garanticen el bienestar de todos los empleados.
Así, una buena gestión del capital humano, pasa por diseñar estrategias de recursos humanos en las que se tengan en cuenta todos estos puntos, tales como: el desarrollo de programas de liderazgo, que proporcionen a los empleados las habilidades y herramientas necesarias para liderar equipos; el fomento de la comunicación, para promover una comunicación bidireccional entre jefes y empleados; la promoción de la confianza y la transparencia, construyendo una cultura organizacional fuerte basada en el ejemplo de integridad, respeto y honestidad que deben dar los líderes; y el fomento del empoderamiento y la delegación de tareas, algo muy recomendable para que los empleados sean proactivos y asuman responsabilidades dentro de sus áreas de trabajo; y por último, modelar el comportamiento deseado de los trabajadores a través del ejemplo de los líderes.