Deuda externa
El concepto de deuda externa hace referencia a la sumatoria de obligaciones que presenta un país, teniendo en cuenta el sector público y el sector privado. El cobro de estas obligaciones corresponde a otros países u otras instituciones, tengan o no relación con el país deudor.
Es decir, la deuda externa agrupa el total de deuda pública (perteneciente al Estado y a las instituciones que dependan de éste) y de la deuda privada (perteneciente a las empresas y a las familias) que agrupa un determinado país. Esta deuda se encuentra en propiedad de acreedores particulares, gubernamentales y demás entes extranjeros.
La figura de la deuda externa (en propiedad de otros países) suele gestionarse a través de ciertas instituciones, siendo el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, ejemplos de ellas. Debido a que, comúnmente, los préstamos que se realizan y que deben devolverse, tiene que realizarse en la moneda del acreedor, es decir en moneda extranjera.
Aquellas causas, por las que un país determinado decide endeudarse con otro país u organización extranjera, suele ser para tener capacidad económica boyante para afrontar ciertas inversiones consideradas como grandes infraestructuras (puentes, túneles, etc.) e incluso para afrontar los destrozos inherentes al sufrimiento de una catástrofe de índole natural. Es bastante común encontrar países que se endeudan con el extranjero para sobrellevar una situación de crisis o incluso para solventar un panorama económicamente problemático derivado de gestiones erróneas en los recursos.
A continuación, se muestran varias causas que llevan al endeudamiento con una institución extranjera.
- Catástrofes naturales (terremotos, huracanes, maremotos, etc) pandemias, epidemias, etc.
- Nueva inversión en investigaciones industriales o en la mejora de la industria actual.
- Mala gestión de los fondos económicos y sus recursos derivados.
- Negligencia en la administración de recursos económicos.
- La conocida deuda indigna, es decir, aquella que se contrajo en conocimiento de la posible situación de riesgos graves para la economía del país que la solicita.
Se trata de una situación delicada, además de que la deuda no solo no genera riqueza, sino que además provoca el pago posterior de intereses. Esta situación, en ocasiones, lleva al país deudor a una situación de quiebra peor que la anterior.
A continuación, se muestra la clasificación en la que se puede incluir la deuda externa.
- Dependiendo de quién contraiga la deuda: la deuda puede considerarse como deuda pública o como deuda privada.
- Dependiendo de su moneda: deuda externa en moneda nacional o deuda externa en moneda extranjera.
- Dependiendo del tipo de interés: deuda externa a interés fijo o deuda externa a interés variable.
- Dependiendo del plazo: se considera como deuda a corto plazo o como deuda a largo plazo.
- Dependiendo del instrumento formalizador: se considera deuda basada en Bonos, deuda basada en letras, etc.
Por otro lado, el país deudor debe estar en conocimiento de que cuanto mayor sea el riesgo de impago de la deuda, tendrá que pagar un tipo de interés más elevado.
A continuación, se muestran algunos de los órganos o instituciones que llevan a cabo préstamos a países que puedan encontrarse en alguna de las situaciones desfavorables comentadas anteriormente. El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Interamericano de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y el Banco Mundial.
Por último, la conciencia social despertada a finales del siglo XX hizo que la progresiva aparición de países con deudas llevase a la idea de la condonación de deuda a países no desarrollados. Teniendo en cuenta que este tipo de países no pueden ni podrán hacer frente a sus deudas internas, y por ende, es muy elevada la probabilidad de que tampoco puedan afrontar deudas externas con cantidades adeudadas cada vez más altas.