Estados financieros de una empresa
Para conocer la situación económica y financiera de una empresa, su equilibrio patrimonial y el resultado del ejercicio, la contabilidad cuenta con una herramienta fundamental como son los estados financieros.
Se pueden considerar a los estados financieros como un instrumento que aporta la contabilidad a la dirección de la empresa para que pueda realizar un diagnostico patrimonial de la misma, conocer su cuenta resultados o realizar un análisis de su liquidez.
Se puede afirmar que la elaboración de los estados financieros es uno de los objetivos finales de la labor contable. El contable irá anotando a lo largo del año en los libros diario y mayor todas las operaciones que realiza la empresa. Al final del año, realizará las operaciones del cierre que incluyen los ajustes, la regularización y el asiento de cierre para terminar elaborando los estados financieros o cuentas anuales.
Los estados financieros que deben registrar todas las empresas son los siguientes:
- El Balance: determina cual es el patrimonio en una fecha concreta de la empresa. Se suele identificar como una fotografía de la situación económica y financiera de la empresa en un momento concreto. La información que detalla distingue los bienes y derechos, por un lado, formando el denominado activo, y las obligaciones o pasivo y el neto por otro.
- La cuenta de Pérdidas y Ganancias: determina el beneficio o pérdida generado en un ejercicio económico mediante el enfrentamiento de los ingresos y los gastos de la actividad. Aparecen de manera ordenada y clasificados por diferentes partidas.
- La memoria: amplía de una manera mas detallada la información que viene en el balance y en la cuenta de pérdidas y ganancias.
Además, las grandes empresas deberán elaborar otros dos estados más:
El estado de cambios en el patrimonio neto: refleja los movimientos producidos en el patrimonio neto de la empresa durante un ejercicio económico.
El estado de flujos de efectivo: refleja los movimientos por cobros y pagos habidos en la caja de caja de la empresa durante el ejercicio. Es una herramienta esencial para determinar la liquidez de la sociedad y su solvencia.
Todas las sociedades mercantiles tienen obligación de presentar cuentas anuales. Son formuladas por el empresario, o los administradores, en un plazo máximo de tres meses, contado a partir del día de cierre del ejercicio, y en su elaboración y redacción han de atenerse a lo dispuesto legalmente en el Código de Comercio (Título III, Sección 2ª), la Ley de Sociedades de Capital (LSC) (Título VII, Capítulo I) y el Plan General Contable (Tercera parte).
Se exige, además, para certificar su validez, que dichas cuentas estén firmadas. Según el tipo de empresa, deberán hacerlo todas aquellas personas que respondan con su patrimonio individual ante las deudas sociales o por todos los administradores. La firma acredita su conformidad con los datos dados suministrados en los estados financieros. Se deberá argumentar el motivo de la falta de firma en alguno de los documentos.
La legislación permite presentar las cuentas anuales mediante dos modelos diferentes: modelo normal y modelo abreviado dependiendo del tamaño de la empresa. Se puede decir que las modelos normales se pueden aplicar a todas las sociedades permitiéndose a las pymes y microempresas hacerlo de manera abreviada.
Los estados financieros se consideran la culminación del proceso contable de un periodo económico y tienen carácter público para que acceda a modo de consulta cualquier interesado. La claridad en dichos documentos es una exigencia junto a la obligación de expresar la imagen fiel del patrimonio de la empresa en un momento determinado, de su situación financiera y del resultado del ejercicio al que se refieran.