958 050 207
Estanflación
El concepto de estanflación se compone de dos palabras que, a priori, son incompatibles entre sí: estancamiento e inflación.
Por tanto, la estanflación es un periodo económico en el que coexisten el estancamiento económico y una alta inflación, y, se trata de una situación económicamente anómala.
La estanflación produce un aumento del desempleo, menor poder adquisitivo y, por tanto, menor consumo en los hogares. Y, aunque lo normal sería que todo lo anterior viniera acompañado de una caída de los precios, en la estanflación viene acompañada de una subida de éstos.
Por su parte, la inflación supone la subida de los precios de forma generalizada y sostenida en un periodo de tiempo, por tanto, podemos afirmar que también suben los tipos de interés.
Cada Estado tiene su propio índice para medir la inflación, si bien, en España es el Índice de Precios de Consumo (IPC). El aumento excesivo del IPC puede generar distorsiones muy importantes en la economía.
El concepto estanflación o stagflation fue acuñado por un opositor en la Cámara de los Comunes en 1965 por la situación que se estaba viviendo en el país inglés.
Si bien, el ejemplo de estanflación más relevante en la economía mundial ocurrió durante los inicios de la década de 1970, debido a que la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo dejó de exportar petróleo a Estados Unidos y a otros países de Europa occidental.
Ello supuso un aumento del precio del petróleo, y, por ello, los países importadores experimentaron la estanflación.
La estanflación supone una gran problemática a resolver, ya que si se aplican políticas para salir del estancamiento, la inflación suele agudizarse.
Por ejemplo, en caso de que los bancos bajen los tipos para acelerar la economía, el crecimiento económico produce la inflación, y, ocurre exactamente igual a la inversa, es decir, si suben los tipos para desacelerar la economía, se controla ésta, pero se agrava la crisis.
De igual forma, si se produce un gasto público excesivo y una política monetaria distendida, esto implicará un aumento de los precios y un descenso de las tasas de crecimiento económico.
Tras la pandemia y la desaceleración de la economía mundial, el Banco Mundial ha alertado de la posibilidad de entrar en estanflación de nuevo, lo cual, es verdaderamente preocupante.
La problemática es que, tras la COVID-19 y los confinamientos se han sucedido graves interrupciones de las cadenas de suministro mundiales.
Por ello, las medidas de estímulo que se puedan implantar van a causar el efecto contrario al que se pretende: debilitará aún más la economía.
En este sentido, los expertos determinan que la prioridad para combatir la estanflación es controlar, en primer lugar, la inflación.
Esto es así porque, de no estar controlada la subida de precios, cualquier estímulo que se produzca puede generar más inflación.
Por tanto, a corto plazo, se puede intentar combatir otorgando subvenciones a los ciudadanos para que puedan invertirlas en aquellos bienes o servicios estratégicos de primera necesidad, como, por ejemplo, y, entre otras, la electricidad o el combustible.