Facturero
¿Qué es un facturero?
Un facturero es un tipo de empresa dedicado a vender facturas que utilizan sus clientes reducir el resultado el ejercicio de su empresa, evadiendo de esta forma el pago de impuestos.
Estas facturas son conocidas como “facturas simuladas” o “facturas falsas” cuyo único propósito real es el de reducir el pago de impuestos.
¿Cómo funcionan estas facturas?
Estas empresas ofrecen a sus "clientes" facturas ficticias para registrar gastos inexistentes y, de esta forma, disminuir la base imponible sobre la que se calculan sus impuestos.
Este tipo de operación es ilegal y es considerado como un delito de evasión o fraude fiscales.
Las autoridades fiscales, siendo en España Hacienda, realiza operaciones de vigilancia y llevan a cabo auditorías para identificar y sancionar a las empresas que recurren a este tipo de prácticas, así como a las empresas que usan esas facturas falsas para deducir gastos inexistentes.
Las consecuencias de este delito dependen de la cantidad que ha sido defraudada pero en muchos casos el defraudador puede incurrir en penas de prisión.
¿Cómo se detecta esta práctica?
Los agentes fiscales utilizan diversos métodos para detectar este tipo de malas prácticas:
- Cruce de información entre empresas y proveedores para verificar que las facturas coinciden con los registros fiscales de ambas partes. Si una empresa declara una factura que no existe en la contabilidad de la empresa emisora, se crea un aviso y se investiga el caso.
- Los agentes fiscales cuentan con programas complejos que utilizan algoritmos avanzados y sistemas de inteligencia artificial que facilitan la detección de patrones de comportamiento anómalos, como compras frecuentes de servicios o productos a empresas con un bajo nivel de actividad o la detección de empresas que solo emiten facturas, pero sin realizar una actividad real.
- También hay que destacar que en muchos casos son las empresas quienes denuncian a sus competidores por la sospecha de que utilizan facturas falsas.
Los agentes suelen investigar a las empresas de baja credibilidad o registradas en “listas negras” de entidades que emiten facturas falsas. Cuando una empresa tiene relaciones comerciales con estas, probablemente sea objeto de una auditoría sorpresa.
Consecuencias de seguir esta práctica
La emisión y uso de facturas falsas no solo tiene consecuencias para quien las adquiere, sino también para la empresa facturera, teniendo consecuencias legales severas que pueden incluir:
- Sanciones económicas.
- Penas de prisión que pueden variar desde pocos meses hasta más de 10 años de cárcel, dependiendo de la cantidad defraudada y de los antecedentes del empresario/defraudador.
- Inhabilitación para ejercer actividad comercial.
- Cierre permanentemente de la empresa.
En España la emisión de facturas falsas constituye un delito de fraude fiscal y en el caso de superar los 120,000 euros defraudas, puede conllevar penas de prisión de hasta 6 años, además de multas y sanciones administrativas.
La realidad del facturero
Cada vez es más difícil rastrear este tipo de actividades ya que muchas empresas se encuentran en paraísos fiscales o en países que dificultan las operaciones de investigación.
Por esta razón, los agentes fiscales están adoptando sistemas avanzados para detectar y castigar severamente la emisión de facturas falsas.
Los empresarios deben ser conscientes de los riesgos y consecuencias de esta práctica, tanto por razones legales como por la necesidad de mantener una competencia justa y ética en el mercado.