Gastos corrientes
¿Qué son los gastos corrientes?
Los gastos corrientes son aquellos que realiza el estado de forma continuada y habitual para corroborar que sus instituciones sigan funcionando correctamente.
El buen funcionamiento de las instituciones públicas depende de varios factores como pueden ser los recursos humanos, infraestructuras y administración. Estas últimas tienen como objetivo principal el bienestar de la población, crecimiento estatal a nivel educativo e innovador y diversas finalidades más que conforman esta extensa y amplia lista, por lo que para asegurar que este objetivo se pueda conseguir se deben realizar unas adquisiciones de bienes y servicios por parte del sector público durante el ejercicio fiscal sin incrementar el patrimonio estatal.
Este tipo de gasto incluye la repartición necesaria para que las instituciones por parte del gobierno proporcionen de servicios públicos, como pueden ser: Salud, Educación, Energía eléctrica, Agua potable, alcantarillado, entre muchos otros, así como para cubrir el pago de las pensiones y los subsidios destinados a mirar por el bienestar de la población de menores ingresos.
Se incluyen aquí también los subsidios para el desarrollo rural, la compra de medicamentos y también las remuneraciones de maestros, médicos, enfermeras, policías y personal militar.
¿Pero, de dónde suele recopilar el estado el dinero que destina como gasto público?
Este dinero proviene principalmente de los “ingresos públicos” que se les conoce como las diversas fuentes de financiamiento que tiene el estado para cubrir sus gastos. Las principales fuentes de ingresos son:
1. Impuestos: Constituyen la mayor de las fuentes de ingresos y son los pagos que se deben realizar de forma obligatoria por parte de las personas y empresas al Estado sin recibir este ningún beneficio directo o específico a cambio, ya que su propósito es financiar los gastos públicos.
2. Cotizaciones: son aportaciones obligatorias que los trabajadores hacen a la seguridad social para financiar prestaciones sociales del tipo: pensiones, subsidios por desempleo y atención sanitaria, también ofrecen protección en caso de jubilación.
¿A qué se dedica este dinero?
Para poder llegar a comprender de una manera más práctica a qué se dedican este tipo de gastos, podemos remontarnos a la época del COVID-19.
Aquí los gastos corrientes en salud pública se incrementaron de forma drástica y de manera extraordinaria, ya que los hospitales requerían de todo tipo de material sanitario, ya fuesen camillas por falta de las mismas en comparación al nivel de población que enfermaba o para pagar los sueldos de sanitarios de urgencia que debían trabajar de forma continuada.
Además, se tuvo que realizar gasto en infraestructuras como por ejemplo la creación de nuevos hospitales, y por supuesto la inversión realizada en la compra de las vacunas en el momento en que se comercializaron tras haberse comprobado que eran efectivas para combatir la enfermedad y dotar a la población de anticuerpos sin tener que padecer la misma.
Transparencia en los gastos corrientes
Otro punto importante por revelar del gasto corriente estatal es que debe tener una total transparencia y estar regido por la rendición de cuentas. En la gran mayoría de países, el estado tiene la obligación de presentar públicamente cuáles serán sus gastos anuales y a qué dedicarán el dinero recaudado de la población a través de los impuestos, ya que debe ser dedicado siempre a la mejora del país y a temas relevantes para la comunidad, jamás deberían ser malgastados o dedicados a lucrar a particulares.