Hipoteca inmobiliaria
La hipoteca inmobiliaria es uno de los conceptos básicos que se debe conocer cuando hablamos del sector de la vivienda. La hipoteca no es más que el préstamo que solicitamos a nuestro banco cuando adquirimos una vivienda, pero tiene una serie de características que es interesante conocer.
¿Qué es una hipoteca inmobiliaria?
La hipoteca inmobiliaria se define como un derecho real de garantía sobre un bien inmueble. Este bien puede ser una casa, un local, un terreno o un edificio. Se trata, por tanto, de un contrato por el cual una entidad financiera presta un determinado dinero al propietario del inmueble, siendo este inmueble la garantía del pago de la deuda.
Dicho de otra manera, si el deudor o prestatario que ha recibido el dinero y tiene la obligación de pagarlo, incumple con sus pagos, la entidad financiera tiene derecho de ejecutar la hipoteca y vender el inmueble para recuperar el dinero que se le debe.
Para hablar de una hipoteca se tiene que dar cuatro elementos. Por un lado las dos personas que intervienen. El deudor hipotecario que es quien recibe el préstamo y se obliga al pago del mismo y el acreedor hipotecario que sería la entidad financiera que otorga el préstamo. Por otro está el inmueble objeto de la hipoteca, es decir, el bien que se otorga como garantía del préstamo y , por último el crédito hipotecario. Es la obligación principal que se garantiza con la hipoteca .
¿Qué características tiene la hipoteca inmobiliaria?
Las características que definen a la hipoteca las podemos establecer en las siguientes:
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La hipoteca otorga al acreedor un derecho real sobre el inmueble, lo que significa que este derecho está vinculado directamente a la propiedad. Esto le da al acreedor la seguridad de que podrá recuperar su inversión, incluso si el propietario vende la propiedad a otra persona.
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A diferencia de otros derechos de garantía, como la prenda, la hipoteca permite al deudor seguir utilizando el bien hipotecado mientras cumple con las obligaciones del contrato.
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En caso de que el deudor incumpla con el pago de la deuda, el acreedor puede solicitar la ejecución judicial de la hipoteca. Esto implica la venta forzada del inmueble a través de un proceso de subasta pública para saldar la deuda pendiente.
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Para que la hipoteca tenga efectos legales frente a terceros, debe ser inscrita en el Registro de la Propiedad. Esta inscripción hace pública la existencia de la hipoteca y protege los derechos del acreedor frente a cualquier posible comprador o acreedor del inmueble.
¿Cómo se constituye la hipoteca inmobiliaria?
En cuanto al proceso de constitución de la hipoteca es sencillo.
Una persona necesita financiación para adquirir un inmueble o bien para otros motivos ajenos al mismo y solicita un préstamo a una entidad financiera. La entidad evalúa la capacidad de pago de esta persona y el valor del inmueble que está dispuesto a hipotecar para la operación. Si se aprueba su solicitud se firmará un contrato hipotecario donde se establecen las condiciones del préstamo como el importe, plazo, el tipo de interés y las cuotas, y las características de la hipoteca.
Durante la vida del préstamo, el deudor se comprometa a pagar cada una de sus cuotas te manera periódica. Estas cuotas incluyen tanto una parte del capital prestado, el principal, como los intereses.
Si todo va bien, la hipoteca se extingue cuando se haya amortizado el total del principal del préstamo.
En caso de impago, el proceso de ejecución hipotecaria permite al acreedor reclamar su derecho sobre el inmueble. Tras la venta en subasta, el dinero obtenido se utiliza para liquidar la deuda, y cualquier sobrante se devuelve al deudor. Si el importe obtenido no cubre la totalidad de la deuda, el deudor sigue siendo responsable del pago del saldo restante.