Ley Hipotecaria
La Ley Hipotecaria es el texto legal que regula los contratos de crédito inmobiliario. Este texto legal tiene 3 objetivos fundamentales:
- Ofrecer protección los consumidores de crédito inmobiliario, ya que se han venido produciendo abusos por parte de las entidades financieras, como es el caso de las cláusulas suelo.
- Dotar de transparencia a las operaciones de crédito bancario mediante información precontractual detallada y concisa.
- Otorgar mayor seguridad jurídica a las partes al estar perfectamente definidas los derechos y obligaciones de cada una de ellas.
El motivo y fundamento de la Ley Hipotecaria viene expresado en la Exposición de Motivos de la considerada ley fundacional hipotecaria, sancionada el 8 de febrero de 1861 por Isabel II. En él se establece la falta de garantía de la propiedad, planteándose el doble problema de “adquirir sin temor de perder lo adquirido, y el de prestar sobre la raíz con la seguridad de que no sería ineficaz la hipoteca”.
Con esta frase, se está refiriendo a los derechos y deberes de ambas partes del contrato hipotecario. Por una parte, el deudor, que adquiere sin temor de perder lo adquirido, estableciendo el derecho real sobre el bien a cambio de darle acceso a un crédito, del que surge el derecho del acreedor de prestar sobre la propiedad raíz con la seguridad de que no sería ineficaz la hipoteca. Dicho con otras palabras, se permite al deudor hipotecar su bien a cambio de un crédito que le posibilite continuar adquiriendo, manteniendo su propiedad hipotecada, y garantizando al acreedor encargado de realizar el préstamo al deudor, que recupere su crédito, ya sea por la restitución de la cantidad o por ejecución del bien hipotecado. Son las bases de la institución.
Para referirse a la misma, es necesario dirigirse al Decreto de 8 de febrero de 1946 por el que se aprueba la nueva redacción de la Ley Hipotecaria por el que se aprueba la nueva redacción de la Ley Hipotecaria (modificada en algunos aspectos por Ley 8/2021, de 2 de junio, por la que se reforma la legislación civil y procesal para el apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica). En ella, se establece el objeto de la nueva redacción, asentando una nueva ordenación de los títulos de la Ley para darles una distribución más adecuada, fijando un menor número de artículos, pero evitando alterar la numeración de los artículos más importantes y frecuentemente citados.
Se alude además a la importancia de los Registros de la Propiedad y la salvaguarda judicial que suponen sus asientos. Por otro lado, se ha modificado el lenguaje, debido al tiempo transcurrido desde su redacción, de manera que se adecue a la Nomenclatura jurídica actual.
Complementariamente en la ley, se simplifica la redacción de los asientos principales del Registro, referidos al historial del dominio y de los derechos reales sobre los inmuebles, y a los asientos de presentación. Todas estas modificaciones en materia registral van encaminadas contribuir en la claridad del propio Registro, además de fomentar su publicidad, facilitando el acceso directo al mismo por parte de los interesados; otro ejemplo del indudable desarrollo de las materias del derecho hacia la economía procesal.
La estructura de la Ley Hipotecaria se encuentra dividida en un preámbulo, catorce títulos, secciones, subsecciones, diez disposiciones transitorias y una disposición final derogatoria.