Recibo
Una de las definiciones que da la Real Academia Española para el término de recibo es la de “Escrito o resguardo firmado en que se declara haber recibido dinero u otra cosa”.
El recibo se suele usar en las transacciones comerciales como comprobante. Lo emite la persona que ofrece el servicio o el bien como justificante de pago al haberse llevado a cabo un acuerdo mercantil.
Suelen emitirse por duplicado para que cada una de las partes implicadas se quede con una copia del documento que sirve como justificante legal ante cualquier caso que le sea requerido o para llevar a cabo cualquier reclamación, otorgando al recibo carácter legal para justificar la transacción realizada y dar formalidad al proceso de compra.
Dependiendo del uso que se le de al recibo, tendrá un formato u otro, siendo los más comunes los talonarios de recibos que contienen los siguientes campos para rellenar:
- Nº de recibo: Sirve para la identificación interna del que lo emite.
- Lugar y Fecha de la Expedición
- Importe: Tanto en número como en letra
- Nombre del que entrega el dinero y del que lo recibe
- Concepto por el que se emite el recibo, normalmente se especifica el bien o el servicio prestado.
- Firma.
Comúnmente usamos el término recibo cuando nos referimos al pago de la luz, gas o algún suministro, ya que está asociado al uso mercantil de la domiciliación bancaria.
El recibo es usado como un efecto de comercio para registrar las transacciones y los compromisos de pago, por eso tiene características muy similares al pagaré o a la letra de cambio.
Las empresas tienen como forma de cobro las domiciliaciones bancarias que tambien se les conoce como recibos. Se suelen emitir remesas de recibos domiciliados que se envían o entregan a las entidades bancarias para que las gestionen y cobren a los clientes en nombre de la entidad emisora siguiendo las indicaciones que vienen establecidas en cada uno de los recibos.
Por eso es muy importante rellenar los datos de forma correcta y evitar así costes de devolución y malentendidos entre el cliente, la empresa y la entidad bancaria que es la gestora.
Hoy en día, las organizaciones suelen tener programas informáticos para la gestión comercial que emiten directamente, junto con la factura, el comprobante de pago en forma de ticket o de recibo domiciliado en caso de tener establecido esa forma de cobro.
El recibo suele tener formato digital que se guardará en un fichero el cual será emitido vía banca electrónica al banco y este lo tramita ingresando el dinero en la cuenta bancaria del establecimiento a cambio del cobro de unas comisiones por las gestiones realizadas.
Este sistema de cobro es muy cómodo, pero requiere de una autorización previa de los datos del cliente a través de un formato denominado mandato SEPA u Orden de Domiciliación. Se podrá realizar la devolución del recibo si se demuestra que el pagador no aceptó el mandato.
Este esquema SEPA es obligatorio para todas las entidades bancarias que ofrezcan domiciliación bancaria y se puede aplicar tanto a empresas como a particulares.