Tasa de retorno
Uno de los indicadores principales para medir la rentabilidad de una inversión es lo que se conoce como tasa de retorno o tasa de rentabilidad.
Se define la tasa de retorno como la ganancia o la pérdida que experimenta durante un periodo de tiempo determinado, generalmente un año, una inversión expresada como proporción de la inversión original. Refleja, por tanto, el margen de beneficio o pérdida que se obtiene de una inversión a lo largo de un periodo.
Su cálculo se determina dividiendo la variación sufrida de por una inversión en un periodo entre el capital que se ha invertido en ella. Como decimos, su expresión normalmente se hace en términos porcentuales, aunque también se puede hacer en términos absolutos, es decir, en importe monetario. Para realizar el cálculo de la tasa de retorno se puede utilizar la siguiente expresión si lo queremos hacer en términos porcentuales:
Tasa de retorno = (valor actual – Valor inicial) x 100 / Valor inicial
- Valor actual o valor final de la inversión: deben estar incluidos los dividendos e intereses que se hayan obtenido por la inversión a lo largo del ejercicio.
- Valor inicial: es un importe positivo y se corresponde con la inversión realizada en el momento de la compra.
Si el periodo de tiempo que se toma para comparar los dos valores es el año, a la tasa se le conoce también como retorno anual.
Si el valor que arroja la expresión anterior es positivo significa un resultado positivo o ganancia en la inversión. Si arroja un saldo negativo, la inversión ha provocado pérdidas y hablamos de un retorno negativo.
Si, por ejemplo, nuestra empresa adquiere un determinado paquete de acciones por 10.000 euros y a los dos años lo vende por 15.240 euros, la tasa de retorno será la siguiente:
Tasa de retorno = (15.240 – 10.000) x 100 / 10.000 = 52.4%
Para que la tasa de retorno sirva como indicador de la rentabilidad de una inversión y nos permita por tanto tomar una decisión sobre si acometerla o no, o mantenerla en el tempo, debemos saber interpretarla.
La interpretación de la tasa de retorno puede ser la siguiente:
- Tasa de retorno mayor que cero: se puede realizará la inversión pues se estima dará beneficios.
- Tasa de retorno igual a cero: no es interesante realizar la inversión pues, aunque no se prevén pérdidas tampoco se supone que habrá beneficios. Se debe buscar una inversión más atractiva.
- Tasas de retorno menor a cero: se supone que el negocio va a generar pérdidas por lo que se rechaza la inversión.
En principios se podría interpretar que cuanto más alta sea la tasa de retorno mejor será la inversión y más recomendable su ejecución, aunque siempre se deberán analizar más conceptos.
Uno de los inconvenientes que tiene este indicador es no tener en cuenta la inflación o los impuestos. De ser variables que formaran parte en la ecuación, seguramente en muchos casos cambiaria lo resultados. Tampoco tiene en cuenta el calendario de los flujos de caja.
La tasa de retorno también es conocida como tasa interna de rentabilidad y con las siglas TIR. Se suele definir también como la tasa de descuento o tipo de interés que consigue que el Valor Actual Neto (VAN) de los flujos de efectivo de caja sea cero.
El VAN y el TIR son dos fórmulas financieras que nos permiten analizar la oportunidad de realizar o no una determinada inversión en la empresa. Ambas fórmulas se relacionan con el fluyo de cada de los negocios y de las inversiones y pretenden determinare el tiempo que un negocio va a tardar en recuperar su inversión.
Si queremos que un negocio sea rentable el VAN deberá ser mayor que cero.