Tipo de gravamen
El instrumento principal con el que cuentan los gobiernos para poder dotarse de recursos y fondos que permitan realizar los servicios a la ciudadanía es la tributación. Esta tributación se va a instrumentar, entre otros, de una serie de impuestos, tasas y contribuciones que tendrán que abonar las empresas y los ciudadanos y que se van a calcular aplicando a determinados hechos lo que se denomina un tipo de gravamen.
El artículo 55 de la Ley General Tributaria define el tipo de gravamen como el porcentaje que se va a aplicar a la base liquidable para obtener la cuota íntegra o cantidad a pagar.
En España, la administración y gestión de los impuestos y tributos corresponde a la Agencia Tributaria. Tiene como principal función vigilar que los contribuyentes cumplan con todas sus obligaciones fiscales como la presentación de las declaraciones de impuestos, el pago de tributos en su plazo determinado, etc.
Entre las responsabilidades principales de la Agencia Tributaria también se incluye la de determinar y supervisar los diferentes tipos de gravamen que se deben aplicar a los impuestos. Los establecerá de acuerdo con las leyes fiscales y las políticas gubernamentales que rijan en cada momento.
El establecimiento, y en su caso la modificación de los tipos de gravamen lo hará la Agencia Tributaria junto al gobierno en el marco de la elaboración de los presupuestos generales del estado.
Existen diferentes tipos de gravamen, los específicos y los porcentuales.
El gravamen específico es aquel que se establece como una cantidad fija en euros que se aplica sobre una base imponible medida en unidades no monetarias. Se suele aplicar a los impuestos especiales como el de Hidrocarburos. Aquí se aplican dos tipos de gravámenes cada 1.000 litros de gasolina. El estatal , que pongamos son 24 euros y el autonómico como el andaluz que pongamos que son 15 euros.
Este tipo de gravamen específico se puede expresar como el ejemplo comentado de la gasolina en una cantidad fija ( 24 + 15 euros) o bien en una cantidad variable atendiendo a una escala.
Los tipos de gravamen porcentuales, quizás los más conocidos, se establecen en forma de porcentaje y se aplican sobre una base imponible monetaria. En nuestro ordenamiento jurídico existen dos tipo:
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Proporcionales. Cuanto el porcentaje es siempre el mismo, es decir, es un porcentaje único que no depende ni del sujeto pasivo, ni de ninguna circunstancia. El ejemplo más sencillo es el tipo de gravamen que se aplica en el IVA.
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Progresivos. A diferencia de los proporcionales, el tipo no es único sino que va a ir aumentando atendiendo a una determinada escala. El tipo de gravamen va a ser más elevado conforme aumente la base imponible hasta llegar a un tipo máximo. En estos casos, la ley tiene previsto aplicar desde un tipo cero, tipos reducidos o bonificados hasta el tope mencionado. Este tipo de gravamen es el que se aplica a impuestos como el IRPF.
Entender los diferentes tipos de gravamen, los factores que influyen en su posible modificación como la situación del país, los objetivos de la política fiscal y las necesidades presupuestaria puede ser determinante para tomar decisiones financieras y aplicar estrategias fiscales adecuadas.