Tipo impositivo progresivo
El tipo impositivo, también conocido como tipo de gravamen, se trata del coeficiente, porcentaje o cuota que se aplica sobre una base para calcular el pago de un determinado impuesto.
La Ley General de Tributos es la que determina como calcular el tipo de gravamen para cada impuesto.
Uno de los tipos de gravamen que existe es el tipo impositivo progresivo, en el que el tipo de gravamen aumenta cuanto mayor es la capacidad económica de la persona obligada al pago del impuesto.
La finalidad de esta clase de tributos es lograr una mejor distribución de la riqueza reduciendo la presión en las personas con menos nivel de renta.
Existen diferentes formas de progresividad en un impuesto, como puede ser:
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Progresividad por clases: Esta progresividad consiste en establecer un tipo impositivo distinto para cada grupo de renta.
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Progresividad por escalones: En este caso la progresividad se aplica en función de una serie de escalones de renta en el que se aplica un tipo de gravamen diferente para cada escalón.
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Progresividad continua: Independientemente del tipo de renta, a cada fracción se le aplica un tipo impositivo distinto.
El tipo impositivo progresivo se encuentra con algunos contrarios que opinan que su aplicación puede ser contraproducente ya que grava más a las familias que al individuo y porque puede dar lugar a una desmotivación en los incentivos de trabajo al tener que pagar mayores impuestos.
Como ejemplos de impuestos progresivos tenemos:
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Impuesto sobre la Renta Personal (IRPF): Es uno de los impuestos progresivos más comunes en muchos países. Con frecuencia, las tasas impositivas aumentan con los niveles de ingresos, lo que significa que los contribuyentes con ingresos más altos están sujetos a tasas impositivas más altas. También pueden existir tramos de ingresos en los que se aplican diferentes tasas impositivas.
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Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones: las herencias o donaciones de mayor valor están sujetas a tasas impositivas más altas que las herencias o donaciones de menor valor.
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Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI): El impuesto sobre bienes inmuebles puede ser progresivo en algunos lugares, donde las propiedades de mayor valor están sujetas a tasas impositivas más altas que las propiedades de menor valor.
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Impuesto sobre el Patrimonio: Algunos países tienen un impuesto sobre el patrimonio que grava los activos netos de una persona. En algunos casos, las tasas impositivas aumentan a medida que el valor del patrimonio aumenta, lo que lo convierte en un impuesto progresivo..
En el lado opuesto al impuesto progresivo, está el impuesto proporcional, tambien conocido como tipo fijo. En estos casos, la tasa de gravamen se mantiene fija. Aquí no afecta el nivel de ingresos de las personas.
Algunos ejemplos de impuestos proporcionales son:
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Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD): gravan los actos formalizados en escrituras públicas.
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Impuesto del Valor Añadido (IVA): Grava el consumo de bienes y servicios. Aunque existen diferentes tipos de IVA, todos los consumidores deberán pagar el mismo tipo de gravamen para cada bien o servicio, independientemente de cuáles sean sus ingresos.
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Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) : Se encarga de gravar la transmisión de bienes.
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Impuesto de Sociedades (IS): Este impuesto solo se aplica a las sociedades. Grava los beneficios de las entidades jurídicas, organizaciones y empresas.
En la práctica tenemos como impuesto proporcional el Impuesto del Valor Añadido (IVA) donde el porcentaje que se va a aplicar es fijo. Si un producto cuesta 1000 euros, y el tipo impositivo es del 21%, se pagarán 210 euros de IVA, independientemente de la renta que tenga la persona que contrata el servicio o paga el servicio.
Como ejemplo de impuesto progresivo está el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas de manera que cuanto más gane una persona, mayor será el tipo de gravamen que deba soportar. De esta manera, un contribuyente podría pagar el 10% de impuestos sobre sus primeros 20,000 euros de ingresos, el 20% sobre los ingresos entre 20,001 y 50,000 euros, y el 30% sobre los ingresos por encima de 50,000 euros