Valor intrínseco
El "valor intrínseco" es un concepto utilizado en el ámbito de las finanzas y las inversiones y representa el valor real subyacente de un activo.
Se calcula de la siguiente forma:
Valor intrínseco = activo - pasivo.
Es importante diferenciar el valor intrínseco del valor del mercado ya que, aunque a veces puedan coincidir en el valor, esto no siempre es así pues el precio de mercado puede estar sobrevalorado o infravalorado.
Los analistas financieros utilizan a menudo diversos métodos de análisis para calcular el valor intrínseco de una inversión y determinar si un activo está realmente sobrevalorado o infravalorado en comparación con su precio de mercado. En otras palabras, el valor intrínseco proporciona a los inversionistas una base sólida para la toma de decisiones.
Si el precio de mercado de un activo es menor que su valor intrínseco calculado, podría considerarse una oportunidad de compra, ya que se espera que el mercado eventualmente reconozca y corrija esta discrepancia. Por el contrario, si el precio de mercado es significativamente mayor que el valor intrínseco, podría indicar que la acción está sobrevalorada y podría presentar riesgos.
Es frecuente analizar los ingresos presentes y las perspectivas de ingresos futuros, así como los beneficios de la empresa pues son factores cruciales en la evaluación del valor intrínseco.
También se evalúa el potencial de crecimiento de la empresa y cómo este puede impactar en los flujos de efectivo futuros. Las empresas con altas tasas de crecimiento a menudo se consideran más valiosas en términos de valor.
En el caso de que la empresa tenga acciones, se tendrá en cuenta los flujos de efectivo repartidos a los accionistas a través de los dividendos para evaluar el valor intrínseco de la empresa.
También se considerará porqué se está comprando las acciones y cómo se están comprando.
Por ejemplo, no es lo mismo comprar una participación de control y con liquidez que una participación sin control e ilíquida. De igual forma, el atractivo de las ofertas en efectivo es mayor que el de las que se realizan en acciones. Con el dinero siempre se pueden comprar nuevos títulos y hay ocasiones en las que puede ser más aconsejable vender las acciones en el mercado que acudir a la oferta de compra. Por otra parte, el riesgo de que la operación no salga adelante existe siempre, y si la acción ha experimentado una fuerte revalorización por el impulso de la operación, el inversor puede plantearse vender sus títulos y embolsarse el dinero. Esta alternativa resulta especialmente atractiva cuando existan obstáculos (regulatorios, de competencia, políticos, etc.) que dificulten la oferta. Y cuando se prevé que la operación puede dilatarse en el tiempo, situación en la que se encuentran un número creciente de empresas.
Entre los enfoques de análisis más comunes destacamos los siguientes:
El análisis fundamental, que implica evaluar los estados financieros de una empresa, sus perspectivas de crecimiento, la calidad del equipo y otros factores fundamentales.
El descuento de flujos de efectivo, que considera los flujos de efectivo futuros esperados de una inversión y los descuenta al valor presente.
Riesgos Asociados
Los analistas consideran los riesgos inherentes a cualquier tipo de inversión, ya sean factores económicos, políticos o propios de la industria a la que pertenece.
La evaluación de riesgos ayuda a ajustar el valor intrínseco para reflejar el nivel de incertidumbre asociada.