Ventaja absoluta
La ventaja absoluta de una persona, empresa o país se da cuando para producir un determinado bien o servicio, requiere de menos recursos que su competencia.
Es decir, la ventaja absoluta nos dice quién es mejor produciendo un determinado producto o servicio. La ventaja absoluta se consigue de muchas formas:
Tiene acceso directo a los recursos, su tecnología es más avanzada, cuenta con personal cualificado, tiene la financiación necesaria para mejorar sus sistemas productivos, etc.
Estos factores hacen que el sujeto tenga una producción más eficiente.
El concepto de ventaja absoluta es popular por la famosa obra “Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones”, también conocida como “La riqueza de las naciones” que publico Adam Smith, famoso economista escocés considerado por muchos como el mayor exponente de la economía clásica y quien dio origen a la expansión del capitalismo.
El autor escocés, en su versión más clásica de la teoría del comercio internacional, proponía que las mercancías se producían en el país donde el coste de producción (medido en trabajo) era más bajo, y desde allí, se producían las exportaciones al resto de países implicados.
Lo que podemos entrever, desde nuestra perspectiva económica actual, es un primer esbozo del comercio basado en la ventaja absoluta y la libre movilidad de los factores productivos.
Si entendemos el comercio internacional como una relación simplista entre empresa y mercado, cimentada sobre la eficiencia coste-beneficio, cabe entender la defensa de Smith de un comercio libre y sin barreras que intenta dinamizar el proceso de crecimiento nacional.
Sin embargo, para entender el comercio internacional actual debemos revisar su teoría desde el modelo de David Ricardo, adaptado al nivel de competitividad derivado de la globalización.
La teoría del británico, David Ricardo, era una revisión de lo establecido por Adam Smith.
El elemento diferenciador entre ambas propuestas era la relativización de los costes de producción.
El eje principal de su teoría económica eran los costes relativos, resultado de la comparación con otros países, delegando a un papel secundario los costes absolutos de Smith.
Sintetizando, la hipótesis del autor explica que: todo país obtendrá ventajas del comercio internacional, pues, aunque los costes totales, de todos los productos que en su territorio se produzcan, sean más elevados que los del resto de estados, un país tenderá a especializarse en la comercialización de los bienes cuya producción sea comparativamente más eficiente.